AI for Earth acaba de lanzar un vídeo (véase a pie de página) en el que recoge cinco de los proyectos que ha becado en España, y el primero de los protagonistas de ese corto es MarIA, Monitoring floAting platfoRms in offshore wind through artificIAl intelligence. El proyecto, beneficiario del programa de Microsoft AI for Earth, recibió el pasado mes de junio un crédito de 15.000 dólares estadounidenses para su empleo en Azure, el sofisticado servicio de computación en la nube creado por Microsoft (este servicio sirve para construir, probar, desplegar y administrar aplicaciones). MarIA surgió en una de las mesas-semilla de uno de los talleres organizados por Microsoft, hace unos meses, en Euskadi. Y lo hizo de la mano de un estudiante doctorando -Lander Galera- y dos profesores: Jesús María Blanco Ilzarbe (de la Escuela de Ingeniería de Bilbao) y Gregorio Iglesias, del University College Cork de Irlanda.
Blanco Ilzarbe e Iglesias están codirigiendo la tesis doctoral de Galera, que está trabajando en la "medida de las pérdidas de potencia" que pueden experimentar los aerogeneradores marinos flotantes como consecuencia de las continuas y variables oscilaciones que experimentan estas infraestructuras, sometidas al "caprichoso" vaivén de las olas, oscilaciones que lógicamente afectan al rendimiento de la turbina (que con frecuencia operará en ángulos sub-óptimos con respecto al viento incidente) y que, en última instancia, reducen la potencia de salida del sistema, aumentando su LCOE (Levelized Cost of the Energy, coste de generación de la electricidad). Pues bien, la beca de AI for Earth -los 15.000 dólares susodichos- está sirviendo para acelerar las simulaciones y el desarrollo en definitiva de la solución de Galera.
Así, si en principio los impulsores vascos de este proyecto estimaban que esa simulación les iba a exigir miles de horas de trabajo (las necesarias para atender a todas las variables que afectan al sistema: dirección, período y altura de olas; velocidad real del viento -teniendo en cuenta todos sus componentes y variabilidad-; los 6 grados de libertad del efecto de las líneas de fondeo; velocidad de giro del rotor, etcétera), ahora, con la extraordinaria potencia de la plataforma Azure, MarIA se está ahorrando muchas de esas horas.
El equipo vasco ya ha enviado a Microsoft su primer resumen de trabajo, tras los seis primeros meses de actividad. En él recoge los resultados de esas simulaciones y detalla entre otras cosas las reacciones que ha experimentado la plataforma en el canal de olas de la Universidad del País Vasco. Un prototipo a escala de la plataforma, de hormigón, ha sido ensayado, con y sin anclajes -apunta Blanco-, frente a oleaje regular (en los meses que vienen la plataforma será sometida a más ensayos y el objetivo último es probar un prototipo en condiciones reales, en aguas del Cantábrico, concretamente en la zona de ensayos de la Biscay Marine Energy Platform, que se encuentra frente a la costa de Armintza).
De momento, los resultados parecen más que positivos. Hasta el punto de que el proyecto ya está en la órbita de interés de una importantísima compañía del sector, especializada precisamente en plataformas flotantes para aerogeneradores marinos, compañía con la que los impulsores de MarIA ya han cerrado un contrato de confidencialidad (la empresa está facilitando a MarIA datos sobre sus plataformas para acelerar aún más el desarrollo de la solución flotante que está creciendo de la mano de Galera, Ilzarbe e Iglesias y a la luz, aceleradora, de la inteligencia artificial).
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