Endesa, a través de su división de energías renovables, Enel Green Power España (EGPE), promueve en la comarca los parques de Caíño y de Brancellao, con una inversión de 150 millones de euros (en el primero) y de 116 millones (en el segundo). Caíño tendrá una potencia de 187 megavatios (MW), que se instalarán en los términos municipales de Curtis, Aranga, Oza-Cesuras, Sobrado y Guitiriz. Brancellao sumará hasta 140 MW y se levantará en Curtis, Boimorto, Vilasantar, Frades, Mesía, Ordes y Carral. La construcción de los parques -informa Endesa- empleará a unas cuatrocientas personas durante aproximadamente año (Endesa estima que eso es lo que durará esa fase). Cuando entren en servicio, su operación y mantenimiento dará ocupación permanente a otras trece personas, según la compañía italiana (Endesa es propiedad del Grupo Enel).
El Concello de Curtis ingresará en concepto de ICIO (impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras) y licencias municipales una cuantiosa suma. Cuando el parque entre en producción, la empresa pagará en Curtis más de un millón de euros cada año en concepto de IBI (impuesto sobre los bienes inmuebles), IAE (impuesto sobre las actividades económicas) y canon eólico.
La compañía eléctrica explica en su comunicado por otro lado que "los dueños de los terrenos donde se levantarán los parques no perderán la propiedad de las tierras ni tampoco los usos agropecuarios y forestales hasta ahora vigentes, porque la actividad eólica es plenamente compatible con la ganadería y las explotaciones agrarias".
La tramitación ambiental que se está aplicando en los proyectos de Caíño y Brancellao -informa Endesa- incorpora el "estudio de efectos sinérgicos" en un radio de 15 kilómetros, teniendo en cuenta tanto ambos proyectos como otros que pueda haber en tramitación por parte de empresas terceras.