La nueva ministra de Economía, Rachel Reeves, ha explicado que una vez superadas las "absurdas" restricciones a la eólica en Inglaterra, "las decisiones deben tomarse a nivel nacional y no local como hasta ahora". Esto significa que los laboristas consultarán si los grandes parques eólicos deben considerarse "proyectos de infraestructura de importancia nacional", unos planes que tendrán que ser aprobados por el secretario de Energía, Ed Miliband, en lugar de los ayuntamientos.
Ed Miliband, secretario de Estado de Energía del Reino Unido: "La prohibición de la energía eólica terrestre lleva 9 años en vigor. Llevamos 72 horas en el Gobierno y la hemos levantado, ese es el ritmo al que vamos a avanzar".
Según un estudio publicado el pasado mes de abril por Amigos de la Tierra e investigadores de la Universidad de Exeter, si se desplegaran proyectos eólicos y solares en una superficie equivalente a menos del 3% del suelo de Inglaterra, se podría producir 13 veces más energía limpia de la que se genera ahora, una generación suficiente como para abastecer dos veces a todos los hogares de Inglaterra.
El nuevo Ejecutivo británico se ha comprometido a "duplicar la energía eólica terrestre de aquí a 2030", un objetivo que "ayudará a impulsar la independencia energética del Reino Unido, ahorrar dinero en las facturas de la luz, apoyar empleos altamente cualificados y hacer frente a la crisis climática", según recoge un comunicado del Gobierno.
Jess Ralston, responsable de energía de Energy & Climate Intelligence Unit (ECIU): "La energía eólica terrestre británica es una de las formas de energía más baratas que existen, por lo que la prohibición había disparado las facturas. Más energía eólica terrestre significa que las centrales de gas son necesarias con menos frecuencia, lo que reduce la dependencia exterior del gas del Reino Unido, a medida que la producción del Mar del Norte continúa su inevitable declive.