El vicepresidente económico y conselleiro de Economía, Empresa e Innovación, Francisco Conde (en el centro de la imagen), acaba de mantener un encuentro con el alcalde de A Gudiña, José María Lago (a su derecha), en el que le ha informado sobre los parques eólicos que se están presentando en su ayuntamiento. En la reunión, celebrada en Santiago de Compostela, el vicepresidente económico le ha reiterado al alcalde la apuesta del Gobierno gallego "por una planificación ordenada del sector eólico, que permita aportar la máxima seguridad jurídica a los proyectos y respetar el medio natural". Así, y, según el Ejecutivo gallego, "para eso, y entre otras actuaciones, la Xunta, a través de la ley de medidas fiscales y administrativas que acompaña a los presupuestos de este año, acaba de activar una moratoria de 18 meses para poder tramitar con las máximas garantías los expedientes que tiene la Administración autonómica en estos momentos encima de la mesa". A mayores -añaden desde la Xunta-, incluye una nueva limitación en la distancia de los aerogeneradores con respecto a los núcleos de población, pasando de los 500 metros actuales a una distancia que se calculará multiplicando por cinco la altura del aparato, logrando así un menor impacto visual.
Dentro del objetivo de llevar a cabo un desarrollo eólico ordenado, la Xunta asegura está impulsando también "herramientas de transparencia, colaboración institucional e información destinadas a los ayuntamientos, a la ciudadanía y al resto de entidades interesadas".
La Xunta, a través del Instituto Energético de Galicia (Inega), tiene abiertas convocatorias de ayudas por 37 millones de euros para promover las energías renovables, el autoconsumo y el almacenamiento energético, con diferentes partidas destinadas a empresas, particulares, autónomos, entidades sin ánimo de lucro y administracines públicas.
Entre las iniciativas que se pueden beneficiar de estos programas se encuentran las comunidades energéticas locales. En este sentido, el Ayuntamiento de A Gudiña está trabajando en la puesta en marcha de lo que se conoce como “aldea generadora”, capaz de producir la energía suficiente para autoabastecerse, con un proyecto de energía solar con acumulación de baterías.