El proyecto ha sido llevado a cabo gracias a una colaboración entre el tecnólogo y fabricante eólico danés Norwin y la firma de arquitectos Atkins Architects and Engineers. “Con este proyecto, hemos superado un hito de la arquitectura ambiental”, comentó Ole Sangill, de Norwin, durante el acto inaugural.
Los vientos que soplan por la zona son especialmente fuertes y constantes debido a su cercanía al Golfo Pérsico. Pero, además, la forma singular de las dos torres, que emulan las velas de un barco velero, actúa como embudo-concentrador del recurso (léase amplio reportaje –"Rascavientos"– en el número 63 de la revista Energías Renovables, edición de diciembre de 2007).
Los rotores de las máquinas han sido instalados sobre sendos puentes entre los dos rascacielos. Según Simha Lythe Rao, de Atkins Architects, el coste de la instalación se ha reducido en un 3,5% si se lo compara con el de una instalación convencional. Los promotores creen que se trata de una innovación extrapolable a otros edificios.
Más información:
Bahrain World Trade Center