De sobra es conocido el efecto reductor del precio que producen las energías renovables en el mercado eléctrico español. Tanta más electricidad limpia sale de las centrales termosolares o los parques eólicos, tanto más desciende el precio de la luz en casa. Pues bien, según el último «Estudio Macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en España», que ha elaborado la consultora Deloitte, entre los años 2012 y 2018, el "importante efecto reductor" producido concretamente por la energía eólica en los "precios del mercado mayorista de la electricidad en España" ha alcanzado los 23.500 millones de euros. "Para un consumidor medio residencial, con un consumo de 4.000 kilovatios hora al año (kWh/año), el ahorro -concreta Deloitte en la página 9 de su informe- ha sido de 351 euros en su factura de la luz a lo largo de siete años (2012-2018)", lo dicho: una media de 50 euros menos a pagar cada año.
Para un consumidor medio que tenga la Tarifa AT1 y un consumo de 1.500 MWh anuales (un consumidor industrial), el ahorro a lo largo de un solo año, 2018, ha sido de 3.540 euros. Es decir, que si en 2018 no hubiese habido parques eólicos en España, la electricidad -concluye el Estudio- le hubiera costado a ese consumidor 3.540 euros más al año (página 95 del informe).
Pero aún hay más: en el Estudio que presentó ayer en Madrid la Asociación Empresarial Eólica, Deloitte ha simulado la entrada en funcionamiento de los 4.608 megavatios de potencia eólica que fueron adjudicados en las tres subastas que tuvieron lugar en España en el bienio 2017-2018, entrada en funcionamiento que debe producirse a lo largo de los años 2018, 2019 y 2020.
Pues bien, Deloitte ha planteado la hipótesis de que todos los parques entrarán en funcionamiento antes de 2020, según las condiciones establecidas en las subastas. Y ha llegado a dos conclusiones: con la potencia eólica que hay ahora mismo (23.484 megavatios es el dato acumulado a 31 de diciembre de 2018), el ahorro durante ese trienio superará los 6.000 millones de euros (M€); pero si finalmente se añade a nuestro actual parque eólico nacional toda esa potencia (los 4.608 megavatios adjudicados en las subastas), el ahorro total será superior a 8.000 millones de euros en este mismo periodo.
Y más aún
El Gobierno envió a Bruselas hace unos meses el borrador del Plan Nacional Integrado (PNI) de Energía y Clima 2021-2030. Ese Plan propone un Horizonte España 2030 con 50.258 megavatios de potencia eólica en marcha (a finales de 2018 -último dato consolidado disponible- había 23.507). Es decir, que el parque eólico nacional tiene que doblar su potencia en diez años. La Asociación Empresarial Eólica estima que "el incremento de potencia eólica anual en España a 2030 debe ser de 2.200 MW año para llegar al objetivo de 50 GW" (cincuenta gigavatios=50.000 megavatios, MW). Pues bien, "según dicho escenario -dice el informe que la AEE presentó ayer-, teniendo en consideración la potencia eólica a incorporar a 2030 junto con las repotenciaciones que se llevarán a cabo, los beneficios económicos y de competitividad tendrán numerosos efectos positivos para el país".
¿Por ejemplo? "Se incrementará considerablemente la aportación al PIB y el sector eólico podría duplicar los empleos existentes en la actualidad" (ahora mismo hay casi 24.000 personas trabajando en el sector, más de 13.000 empleos son directos). Si la estimación de Deloitte se cumple, la eólica podría emplear en 2030 a 50.000 personas.
Más actividad en doce meses que en un quinquenio
España ha instalado en los doce meses de 2018 más potencia (392 megavatios) que en el quinquenio negro (2013-2017). El Ejecutivo Rajoy congeló el sector durante casi cinco años (período a lo largo del cual no convocó ni una sola subasta) y ello se tradujo en una gran contracción del sector, que pasó de emplear a 27.000 personas en 2011, cuando Rajoy llegó a La Moncloa (el Partido Popular ganó las elecciones el 20N de ese año), a sostener solo 20.000 puestos de trabajo en 2016, cuando el Gobierno PP decidió convocar la primera subasta de potencia renovable, habida cuenta de que cada vez era más evidente que España no iba a cumplir con sus compromisos energético-climáticos. Los frutos de esa subasta llegan ahora, ocho años después de aquel 20N, y, por fin, la reactivación del sector es una realidad. En 2018, la eólica ha creado 1.394 nuevos puestos de trabajo.
Contribución al PIB: más que nunca antes
Otro de los datos estrella del informe que ha presentado hoy la AEE es la contribución directa del sector eólico al Producto Interior Bruto, magnitud que mide el "valor añadido", es decir, la diferencia que hay entre los precios de mercado y los costes de producción. Pues bien, la eólica ha contribuido al PIB español en 2018 más que nunca antes: 2.450 M€ de valor añadido. Más datos: a España han llegado en 2018, gracias a las exportaciones eólicas, más de 2.000 M€ (el sector eólico nacional es el tercer exportador de aerogeneradores del mundo, solo por detrás de Dinamarca y Alemania). Y uno más: los kilovatios hora eólicos ocuparon el hueco que podrían haber ocupado kilovatios hora generados en centrales témicas que queman combustibles fósiles para generar electricidad. Deloitte estima que la eólica evitó importación de combustibles fósiles en 2018 por valor de 1.699 M€.
En fin, que, según la AEE, la tecnología eólica no solo (1) evita emisiones de CO2, sino que, además, (2) ahorra importaciones, ergo divisas que no hay que enviar a potencias extranjeras en pago por combustibles fósiles (dinero pues que se queda aquí); (3) y al revés, atrae capitales al país (2.000 M€ que llegaron aquí en 2018 gracias a las exportaciones); (4) genera empleo (más de 13.000 puestos de trabajo directos); (5) genera riqueza (y cada vez más, pues su aportación al PIB nacional ha batido en 2018 su máximo histórico, 2.450 M€); (6) abarata el precio final de la electricidad, como se dijo; y (7) paga centenares de millones de euros en impuestos (los impuestos de sociedades y tributos varios satisfechos por la eólica en 2018 han rondado los 600 millones de euros).
Son todos datos extraídos del informe que ha elaborado Deloitte y presentó ayer la AEE, la gran patronal de un sector que se postula como solución para la transición ecológica. Su director general, Juan Virgilio Márquez, lo ha dicho hoy durante la presentación: "tenemos una actividad económica que no solo debe medirse en terminos economicistas, sino también climáticos", porque la eólica -ha añadido- es una tecnología que ayuda al país a cumplir con los compromisos internacionales que España ha adquirido en esa materia, y eso -ha dicho Márquez- también hay que valorarlo. La Asociación Empresarial Eólica se dice perfectamente capacitada para responder como es debido a los objetivos fijados por el Gobierno en el PNI de Energía y Clima (50 GW en 2030). Eso sí: demanda del Gobierno un marco propicio y propiciatorio para ello. Así, la Asociación ha aprovechado la presentación de su gran macroestudio anual para plantear al Ejecutivo (al que haya de ver la luz en los próximos días) sus demandas.
Esto es lo que pide el sector eólico
• Consolidar objetivos de instalación de potencia eólica ambiciosos. Mantenerlos en el tiempo.
• Ritmos constantes y adecuados de instalación de potencia eólica.
• Necesidad de un marco regulatorio estable, predecible y favorable a largo plazo.
• Desarrollar mecanismos para la incorporación de potencia con calendarios factibles, y mecanismos de control de ejecución de los proyectos apropiados. Nuevo diseño de subastas que de visibilidad más allá de 2020.
• Coordinar las decisiones en política energética y climática con la política industrial y de innovación de tal modo que se genere el mayor impacto positivo en los sectores industriales nacionales y en su cadena de suministro. Establecer una Estrategia de liderazgo industrial.
• Avanzar en la regulación adecuada para fomentar el “repowering”
• Favorecer la extensión de vida de las instalaciones más antiguas para garantizar la estabilidad en la capacidad de generación del parque eólico nacional.
• Favorecer la exportación de los productos y servicios de los Fabricantes de Equipos y Componentes y Empresas de Servicios Complementarios.
• Impulsar la electrificación del país.
• Obtener el liderazgo en el desarrollo de tecnología y las actividades de I+D del sector, además de una adecuada capacitación de los profesionales del sector con adaptabilidad y visión de futuro.
• Impulsar la eólica marina en España como una oportunidad industrial, de competitividad y de innovación. Establecer un objetivo a 2030 para traccionar un mercado nacional acorde a las estrategias de los países de nuestro entorno europeo, aprovechando nuestra cadena de suministros y fortalezas industriales.