Incremento incesante en los últimos años (de potencia instalada), crecimiento imparable del tamaño de las máquinas (los aerogeneradores son cada vez más grandes y producen cada vez más electricidad por unidad) y caída constante de los costes de producción, instalación y/o generación del kilovatio hora eólico marino. Son las tendencias que el presidente de la asociación de la industria eólica europea, Giles Dickson, ha presentado en Stavanger (Noruega), en el marco de la Offshore Northern Seas (ONS) 2018. Según WindEurope, ahora mismo hay una cartera de proyectos eólicos marinos "que conducirá a Europa hasta los 26.000 megavatios de potencia instalada en 2020".
Sin embargo -matizan desde la asociación-, los buenos vientos no soplan en todas partes por igual. Antes al contrario: el crecimiento del parque marino europeo se está centrando casi exclusivamente en dos países -Alemania y Reino Unido-, que están en la cresta de la ola eólica (entre los dos instalaron 3.000 de los 3.100 megas de la potencia marina puesta en marcha el año pasado), mientras que en muchas otras naciones las luces son muchas menos que la incertidumbre, sobre todo más allá del año 2020.
Equinor, antes Statoil, es en un 67% propiedad del estado noruego
El encuentro marino de Stavanger ha servido también para conocer -informa WindEurope- los planes de Equinor, uno de los actores protagonistas del desarrollo de la eólica marina europea. Esta empresa (antes denominada Statoil) ha anunciado en la ciudad noruega, donde tiene su sede principal, que está barajando la posibilidad de desarrollar plataformas flotantes para instalar sobre ellas aerogeneradores con los que generar la electricidad que necesitan las plataformas petroleras (de extracción de gas y crudo) que tiene en aguas noruegas.
Según WindEnergy, el proyecto de Equinor consistiría en la instalación de hasta once aerogeneradores (de ocho megavatios cada uno) sobre otras tantas plataformas flotantes de tecnología Hywind. La electricidad que generarían esas tubinas (88 megavatios de potencia en total) serviría para atender el 35% de la demanda anual de energía eléctrica de cinco plataformas petroleras de Equinor. Denominada Statoil hasta el pasado mes de mayo, Equinor es una empresa pública (el estado noruego posee el 67% de sus acciones).
Hywind Scotland, la empresa que ha desarrollado la solución flotante para los aerogeneradores marinos, ha estado probando un prototipo durante los últimos años en aguas noruegas. Ahora -apuntan desde WindEurope-, y una vez comprobada la consistencia de su solución, Equinor, que opera el que ha sido el primer parque eólico flotante del mundo en llegar a la fase comercial, está a punto de dar un paso más en la carrera eólica marina: poner en marcha "el parque eólico marino flotante más grande del mundo".
Las previsiones que sobre el particular -las soluciones flotantes- maneja la asociación de la industria eólica europea son muy optimistas. "El proyecto de Equinor -ha dicho Dickson en Stavanger- demuestra que ya estamos entrando en la era de la eólica flotante". A la luz de la cartera de proyectos de parques flotantes existente a día de hoy, WindEurope estima que "tan pronto como en 2021" habrá, operando frente a las costas europeas, hasta 350 megavatios de potencia eólica flotante.
El encuentro de Stavanger -Offshore Northern Seas (ONS) 2018- ha sido el foro elegido por el ministro noruego del Petróleo y la Energía, Terje Søviknes, para anunciar que su gobierno está trabajando ya en dos proyectos eólicos marinos flotantes en otras tantas ubicaciones que revelará antes de finalizar el año en curso. El anuncio ha sido muy bien recibido por el presidente de WindEurope: "estas son muy buenas noticias que colocan a Noruega -junto a Escocia, Francia y Portugal- al frente del desarrollo de esta tecnología clave".
Dickson no alberga duda alguna sobre el momento tecnológico en el que se encuentran las soluciones flotantes: "la tecnología eólica flotante -ha dicho- ha superado ya la fase de la I+D; ha demostrado que funciona y que ya está lista para su despliegue". El responsable de la asociación europea ha añadido, además, que Europa tiene un potencial en ese nicho excepcionalmente elevado: Dickson ha hablado de 4.000 gigavatios, "un volumen significativamente mayor que el que sumarían los recursos potenciales de Estados Unidos y Japón".