"La subasta de 3.000 megavatios celebrada ayer, y de la que 2.979 megas han sido adjudicados a la eólica, da esperanza al sector tras varios años de letargo". Lo dice la Asociación Empresarial Eólica (AEE), que acaba de difundir un comunicadoen el que recuerda que "la eólica es la única tecnología renovable con una industria propia en España en toda la cadena de valor, con más de 200 centros de fabricación en 16 comunidades autónomas". La AEE matiza en todo caso que la subasta celebrada ayer solo podrá ser "calificada de eficaz cuando los 3.000 MW estén en marcha". La patronal del sector ha aprovechado su triunfo en la subasta para presumir de que su tecnología es a día de hoy "la que puede lograr un mayor cumplimiento de los objetivos a 2020 a un menor coste para el sistema" (afirmación que no comparten ni el sector fotovoltaico ni el termosolar).
La AEE reclama por otra parte un calendario de subastas "que tenga en cuenta las necesidades energéticas de España y de descarbonización del país a largo plazo y garantice un mix equilibrado entre las diferentes tecnologías" (renovables como la termosolar, la biomasa o la minihidráulica han criticado duramente al Ministerio de Energía por no haberles reservado cupos de potencia que reconociesen su virtud clave, la gestionabilidad). Volviendo a ese futurible calendario de subastas, la Asociación Empresarial Eólica pide que vaya "más más allá incluso de los objetivos europeos a 2020, y tenga en cuenta tanto los compromisos internacionales en materia medioambiental (el Acuerdo de París -que entró en vigor el pasado mes de noviembre- y los Objetivos de la Unión Europea a 2030) como los hitos necesarios de cara a una ordenada Transición Energética".
De momento, en todo caso, la AEE, que representa al 90% del sector eólico español, confía en que toda la potencia que se le ha adjudicado será instalada en tiempo y forma y ha mostrado así mismo confianza en que "todos los actores implicados en el proceso –promotores, fabricantes, entidades financieras, administraciones públicas, autonómicas y municipales, etcétera– pondrán todo de su parte para ello".
La AEE contextualiza
La Asociación considera que lo aislado de esta subasta explica la agresividad de las ofertas. Según la AEE, esa excepcionalidad "ha obligado a las empresas con proyectos avanzados a acudir para no quedarse fuera del entorno regulado, condición importante para lograr financiación; ahora bien -avisa la patronal eólica-, el resultado no garantiza la sostenibilidad de los proyectos en el largo plazo sin algún mecanismo que estabilice la volatilidad de los ingresos procedentes del mercado".
Por otro lado -continúa la Asociación-, el hecho de que los parques adjudicados en la subasta vayan a instalarse sin incentivos "no quiere decir que los que se construyeron en el pasado no los necesiten". La AEE lo explica así: los 23.000 MW eólicos instalados en España desde los años noventa lo hicieron en un momento de menor madurez tecnológica y diferentes condiciones financieras y, por lo tanto, con mayores costes, "por lo que deben respetarse los incentivos hasta el final de su vida útil regulatoria".
La Asociación hace ese apunte habida cuenta de que el Gobierno podría modificar la retribución del kilovatio hora eólico (si así lo estima oportuno) cada seis años (un parque eólico puede alcanzar sin problemas los veinte de vida útil, por lo que -a la vista de esa potestad gubernativa- la incertidumbre está servida). El Ejecutivo puede cambiar ese precio gracias a la Reforma Energética que ejecutó en el bienio 2013-2014. El primer plazo de 6 años expira en 2020, año en el que podría pues modificar esa retribución.