Lo afirma la Asociación Empresarial Eólica (AEE) con ocasión de la celebración, ayer, del Día Mundial del Agua. Un bien al que, como recuerda la asociación, los países desarrollados no dan la importancia que merece pese a ser uno de los problemas más acuciantes en muchas partes del mundo
Gracias a los 48 TWh de electricidad que se generaron el año pasado por la fuerza del viento, no fue necesario utilizar agua para enfriar las centrales térmicas que se hubieran utilizado en su lugar, escribe AEE en su página web.
Según el Laboratorio Nacional de Energías Renovables de EEUU, para generar un kWh de electricidad en una central térmica convencional se necesita extraer 53 litros de agua de un río u otra superficie de agua, de los cuales 1,5 litros se consumen, es decir, no se devuelven a estas fuentes y por lo tanto no están disponibles para otros usos o para la sostenibilidad de los ríos. Si aplicamos esta cifra a la electricidad generada con el viento en nuestro país nos daría la importante cifra de 72 Hm3 de agua.
Así que junto a las razones bien conocidas por las que se promueve la eólica, se suma el hecho de que generar electricidad a partir del viento no sólo conserva el agua sino que puede ayudar a aliviar la escasez de este recurso. El valor económico de esa agua, siendo el coste medio en España, según el INE, de 1,89 €/m3, es de 136 M €.