Son cada vez más las entidades y organismos internacionales que consideran que las denominadas macroalgas marinas aportan enormes beneficios al medio ambiente marino. Pues bien, en ese marco, Ørsted y SeaGrown, compañía con sede en Yorkshire (Reino Unido) que ya cuenta con una granja de algas marinas en el Mar del Norte, han establecido una alianza "para recabar datos sobre el potencial de las algas como solución al cambio climático oceánico, probando una serie de tecnologías de seguimiento, como el ADN electrónico, las cámaras remotas y el sónar". En ese sentido, las dos empresas creen que, "con las especies y la estructura adecuadas, las granjas de algas podrían ser una herramienta muy útil para ayudar a las especies y hábitats autóctonos".
Diversos grupos de investigadores han explorado recientemente el cultivo de algas como forma de absorción de cantidades significativas de CO₂, "quizá incluso -destacan desde Ørsted- con más eficacia que los árboles". Sin embargo -matiza la eólica danesa-, gran parte de la utilidad de las algas como captador de carbono dependerá de cómo se utilicen una vez cultivadas: "en la actualidad no existen métodos homologados internacionalmente para medir la eliminación de carbono por las algas, aunque hay un enorme potencial para que se conviertan en una parte importante de la solución a las emisiones de carbono y del papel que desempeñan nuestros océanos para mitigar los efectos del cambio climático".
También mejora la biodiversidad
Otro de los beneficios del cultivo de algas sería -apuntan desde la compañía pública danesa- la mejora de la biodiversidad en los océanos, porque "no solo eliminan carbono (reduciendo la acidez) y producen oxígeno, sino que también pueden proporcionar un sustrato para que crezcan los organismos marinos y servir de refugio para peces jóvenes".
La Comisión asegura que el cultivo de microalgas puede ayudar a regenerar el océano y los mares eliminando los nutrientes que causan eutrofización. Este cultivo una huella de carbono y medioambiental baja y un potencial prometedor para la captura de carbono, según la Comisión.
Así, la acuicultura de algas marinas -afirma la Comisión- tiene el potencial de proporcionar muchos servicios ecosistémicos, incluida la mitigación del cambio climático, la protección costera, la preservación de la biodiversidad y la mejora de la calidad del agua (informe de expertos de Eklipse).
Kelp
Las algas marinas como el kelp -explican desde Ørsted- crecen rápidamente mediante fotosíntesis, por lo que solo utilizan la luz solar y los nutrientes naturales del mar, "y no solo crecen rápido, sino que también son muy nutritivas y crecen en la mayoría de nuestros océanos". Así, el ser humano las lleva recolectando en estado salvaje desde hace miles de años y se han cultivado activamente al menos desde el siglo XVII.
En el Mar del Norte, de aguas concurridas y cuyos usos son cada vez más diversificados (la eólica es un buen ejemplo), se han designado varias áreas para la protección de especies y hábitats. Pues bien, según Ørsted, "el cultivo de algas puede mejorar estos ecosistemas, pero debe ubicarse de forma que estén en armonía con los demás usuarios del mar", tal y como ha hecho -apuntan desde la compañía danesa- SeaGrown con su granja piloto de algas, que ha ubicado frente a la costa de Scarborough, teniendo todo esto en cuenta.
Benj Sykes, director de Medio Ambiente, Autorizaciones y Asuntos Exteriores de Ørsted en el Reino Unido: "la aceleración del desarrollo de la energía eólica marina es vital en el cambio global hacia un sistema energético limpio, pero no debe producirse a expensas de la biodiversidad marina. Queremos que la energía eólica marina forme parte de la solución, no del problema, y para hacerlo bien hay que empezar siempre por comprender y medir nuestro impacto. Las granjas de algas tienen un claro potencial para contribuir a reducir los gases de efecto invernadero, además de beneficiar a la biodiversidad marina. El objetivo de esta nueva colaboración es estudiar cómo podemos medirlo y confirmarlo, añadiendo otra herramienta para ayudar a proteger y mejorar los hábitats marinos"
Wave Crookes, director de Operaciones de SeaGrown: "en SeaGrown estamos encantados de trabajar con Ørsted en este importante estudio sobre biodiversidad. A través de este proyecto con visión de futuro, tratamos de encontrar la mejor manera de que el cultivo de algas ayude a empresas con conciencia ecológica como Ørsted a minimizar su impacto y trabajar en armonía con el medio marino para generar la energía verde y renovable que todos necesitamos"
Credenciales Ørsted
Ørsted es una compañía pública danesa que desarrolla, construye y gestiona parques eólicos terrestres y marinos, parques solares, instalaciones de almacenamiento de energía, instalaciones de hidrógeno renovable y combustibles ecológicos, e instalaciones de bioenergía. Además, Ørsted suministra productos energéticos a sus clientes.
Ørsted se ha fijado como objetivo lograr que todos los proyectos de energía renovable que emprenda a partir de 2030 como fecha límite tengan un "impacto neto positivo" en la biodiversidad.
Con sede en Dinamarca, Ørsted cuenta, según su perfil corporativo, con 7.292 empleados. Las acciones de Ørsted cotizan en el Nasdaq de Copenhague (Orsted). En 2021, la compañía declaró 77.700 millones de coronas danesas (10.400 millones de euros). El estado danés es propietario del 50,1% de Ørsted.
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