Los 43.000 millones de euros invertidos en nuevos parques eólicos en 2020 suponen un 70% más de inversión que en 2019. Según los datos de WindEurope, 17.000 millones de euros se destinaron a la energía eólica terrestre, cubriendo 13 GW de nueva capacidad, y 26.000 millones fueron a parar a la energía eólica marina, cubriendo 7 GW de nueva capacidad. Esta inversión en el mar impulsó el desarrollo de proyectos como Dogger Bank en el Reino Unido, que será el mayor parque eólico de Europa cuando se complete, y Hollandse Kust Zuid en los Países Bajos.
"La energía eólica sigue siendo una inversión atractiva a pesar de la pandemia. Si se aplican los mecanismos adecuados de estabilización de ingresos, hay mucho capital disponible para financiarla. Esto confirma que la energía eólica está perfectamente posicionada para apoyar la recuperación económica de Europa tras la Covid. Cada nueva turbina genera 10 millones de euros de actividad económica en Europa. Y la expansión de la energía eólica prevista en los Planes Nacionales de Energía y Clima puede crear 150.000 nuevos puestos de trabajo de aquí a 2030", afirma Giles Dickson, director general de WindEurope.
El Reino Unido aportó 13.000 millones de euros de los 43.000 millones de inversión. Le siguen los Países Bajos, con 8.000 millones de euros. A continuación, Francia (6.500 millones de euros) y Alemania (4.300 millones de euros). Estos dos últimos países fueron los países que más invirtieron en energía eólica terrestre. Francia también financió su segundo y tercer parque eólico marino. Turquía fue el quinto mayor inversor, con 1.600 millones de euros, y Polonia el sexto, con 1.600 millones. España aparece en séptimo lugar, con 1.500 millones de euros.
Cumplir con los objetivos climáticos
exige más
Esta inversión de 43.000 millones de euros en nuevos parques eólicos es la segunda cantidad anual más alta de la que se tiene constancia y una fuerte señal de resistencia. Sin embargo, no es suficiente para alcanzar los objetivos climáticos y energéticos de Europa. De acuerdo con WindEurope, "el nuevo objetivo de reducción del 55% de las emisiones de la UE para 2030 requiere 27 GW anuales de nueva energía eólica en la UE. Pero las inversiones del año pasado sólo cubren 13 GW de nueva capacidad eólica en la UE".
La concesión de permisos sigue siendo el principal obstáculo: "las normas y procedimientos de autorización son demasiado complejos, lo que retrasa los proyectos y aumenta los costes, haciendo que se desarrollen menos proyectos", indican desde la asociación. "Además, las autoridades encargadas de conceder los permisos no disponen de suficiente personal para tramitar las solicitudes, ni siquiera para los volúmenes existentes, y mucho menos para los volúmenes más elevados necesarios para nuestros objetivos climáticos y energéticos. La mayoría de los Estados miembros no están cumpliendo los plazos de concesión de permisos establecidos en la Directiva de Energías Renovables de la UE".
La tecnología eólica está disponible para permitir a Europa alcanzar sus objetivos climáticos y energéticos. Y el dinero también, continuan desde WindEurope. "Pero faltan las políticas adecuadas, sobre todo en lo que se refiere a la autorización de nuevos parques, cuyas normas y procedimientos son demasiado complejos. La revisión de la Directiva sobre energías renovables de la UE, incluida en el paquete "Fit for 55", debe abordar esta cuestión. Los gobiernos tienen que simplificar la concesión de permisos y garantizar que haya personal para tramitarlos. De lo contrario, no tiene sentido tener un objetivo de renovables más alto", afirma Giles Dickson, director de WindEurope.
La financiación bancaria, clave
Los parques eólicos siguen financiándose con un 70-90% de deuda y un 10-30% de capital. La financiación bancaria sigue siendo crucial, y cada vez más se trata de deuda específica para el proyecto en lugar de deuda corporativa, especialmente en la eólica marina. Los parques eólicos más grandes se están convirtiendo cada vez más en entidades empresariales con sus propios equipos de gestión e informes financieros, capaces de obtener deuda por sí mismos. Los bancos prestaron un récord de 21.000 millones de euros de deuda sin recurso a nuevos parques eólicos en 2020.
"Los proyectos eólicos son una de las tecnologías renovables más maduras y probadas, por lo que representan una oportunidad muy atractiva para los inversores. El reto al que se enfrenta actualmente el sector no radica en el acceso al capital, sino en el acceso a una cartera de proyectos invertibles. Los inversores se esfuerzan por colmar esta laguna aportando soluciones innovadoras de estructuración del capital que ayuden a hacer realidad los nuevos proyectos", afirma Edward Northam, director de Green Investment Group (GIG) Europe.
Otra tendencia importante es el papel cada vez más importante de los acuerdos de compra de energía renovable de las empresas (PPA) para apoyar la financiación de los parques eólicos. Los consumidores de energía corporativos e industriales están cada vez más dispuestos a obtener energía directamente de los parques eólicos.
En 2020 se firmaron 24 nuevos PPA de energía eólica que cubren más de 2 GW de capacidad, en una serie de sectores como el químico, el farmacéutico, el de las telecomunicaciones y el de las TIC.
"Los PPA proporcionan ingresos estables a largo plazo para la energía eólica y facilitan la obtención de deuda a bajo interés. Lo mismo ocurre con los Contratos por Diferencia (CfD) que los gobiernos ofrecen cada vez más en sus subastas de energía eólica: como mecanismos de estabilización de ingresos, los CfD reducen los costes de financiación y, por tanto, los costes totales de la energía eólica", concluyen desde WindEurope.