La eólica marina firma su mejor registro histórico y se prepara para una "nueva era de crecimiento". En esos términos ha presentado GWEC, el Consejo Global de la Energía Eólica, su balance offshore 2022, que recoge todos los datos fundamentales (en clave eólica marina) del año 2021, ejercicio durante el cual el sector ha conectado a la red nada más y nada menos que 21.100 megavatios de nueva potencia offshore, el triple que en 2020 (nunca antes el sector instaló tanta potencia mar adentro en doce meses como lo ha hecho en 2021). Pero es solo el principio, porque, según el informe de GWEC, todas las previsiones apuntan a que 2022 volverá a ser un año top a escala mundial: "a record-breaking year for offshore wind growth globally". Más aún: según el Informe Eólica Marina 2022, el sector ya está preparándose para una nueva era: "preparing for a new era of dramatic growth". Lo está haciendo, para empezar (pero no solo), animado por los compromisos anunciados por gobiernos de todas las latitudes. Estados Unidos, Vietnam, Colombia o Dinamarca han elevado a lo largo de los últimos meses sus ambiciones eólicas marinas en el marco de la lucha contra el cambio climático y, así mismo, impelidos por mor de la "nueva" gran amenaza para la seguridad internacional: la dependencia energética de naciones inestables.
Sea el motor de esa ambición lo uno (el cambio climático), sea lo otro (el gas de Putin), lo cierto es que la creciente ambición (creciente en todas las latitudes) resulta inequívoca. ¿Por ejemplo? Dinamarca, Bélgica, Holanda y Alemania acaban de fijar en los 150.000 megavatios su Objetivo Eólico Marino 2050. Objetivo conjunto, compromiso por escrito en la Declaración de Esbjerg, que suscribieron hace solo unas semanas el canciller alemán, Olaf Scholz; el primer ministro belga, Alexander De Croo; su homóloga danesa, Mette Frederiksen; y el primer ministro holandés, Mark Rutte, en presencia de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el Puerto de Esbjerg (Dinamarca).
[Bajo estas líneas, véase cómo la potencia instalada en el mar en 2021 (21.106 megavatios) más que triplica la potencia instalada en 2020 (6.852 MW)].
¿Más casos?
El Informe 2022 de GWEC cita los de Reino Unido, Vietnam, Colombia o Brasil, entre otros. El gobierno británico, por ejemplo, ha elevado un 20% su Objetivo offshore 2030, que ayer estaba fijado en los 40.000 megavatios, y hoy lo está en los 50.000 MW. En Colombia, la recientemente publicada Hoja de Ruta de Energía Eólica Costa Afuera concreta en 50.000 megas el potencial eólico marino del país. GWEC cita en su informe el primer gran proyecto a la vista: el desarrollador Copenhagen Infrastructure Partners y Alumbrado Público de Barranquilla han suscrito un memorándum de entendimiento para ejecutar un parque en el Caribe colombiano de 350 MW que ha de suministrar electricidad para la producción de amoníaco verde.
Vietnam -destaca así mismo el informe de GWEC- también ha incrementado su ambición marina en su Plan de Desarrollo 8. Lo ha hecho tras la Cumbre del Clima (CoP26) de Glasgow, que tuvo lugar el pasado mes de noviembre. El objetivo eólico marino fijado en el primer borrador de ese Plan era 2.000 megavatios. El último borrador conocido, fechado en abril, multiplica ese guarismo por 3,5, hasta los 7.000 megavatios en aguas vietnamitas.
En el Norte de América, los objetivos fijados por los diferentes estados de Estados Unidos se han incrementado en total en los últimos doce meses -apuntan desde GWEC- en un 28,6%, hasta rondar, en la fecha de la publicación de este informe, los 50.000 megavatios.
[Bajo estas líneas, a la derecha, potencia instalada en 2021, por países, y, debajo, por regiones].
El doble, cien mil megas, se encuentran en lista de espera en el Instituto Brasileiro do Meio Ambiente e dos Recursos Naturais Renováveis (Ibama). Los proyectos registrados suman ahora mismo esa cantidad (100.000 MW) a la espera de la evaluación ambiental de la administración brasileña, que avanza por otro lado -explica el informe GWEC- en la regulación del sector, concretamente en la normativa que debe afinar antes de finales de año mediante el desarrollo del Decreto 10,946/2022.
Australia es otro foco de desarrollo marino. La isla continente acaba de incrementar su ambición climática-energética. El nuevo gobierno laborista, recién salido de las urnas, ha elevado sus objetivos de reducción de emisiones desde el -26% que tenía fijado su antecesor hasta el actual -43% para el año 2030 y ha adelantado quince años el cero neto en ceodós (a 2035, cuando antes estaba fijado en 2050). Destaca en el país especialmente el caso del gobierno de la provincia-estado de Victoria, que ha establecido un objetivo eólico marino de 9.000 megavatios para 2040, con el ánimo de tener operativa la primera instalación en 2028. El procedimiento de concesión de espacio marino australiano para los futuribles desarrolladores ya está en marcha.
Así las cosas, no es de extrañar que GWEC haya elevado también sus previsiones para 2030 en 45.300 megavatios, un 16,7% por encima de las publicadas hace un año.
Ben Backwell, director ejecutivo de GWEC: "2021 ha sido un año asombroso para el sector eólico marino. Gobiernos de todo el mundo reconocen ya la oportunidad única que supone el desarrollo de la eólica marina para lograr una energía limpia, asequible y garante de la seguridad de suministro que, además, impulsa el desarrollo industrial y la creación de empleo. Ahora lo que necesitamos es trabajar rápidamente en la implementación de objetivos y ambiciones, a la vez que desarrollamos una cadena de suministro robusta y preparada para este crecimiento que viene"
“Al mismo tiempo, la industria eólica necesita asumir su rol de custodio clave de los ecosistemas oceánicos, en tanto en cuanto se va a convertir en una de las más importantes industrias marinas del mundo. Debemos trabajar con los agentes y las comunidades del medio marino para asegurar que el crecimiento se produce en el marco de una cooperación y de una planificación holísticas que aseguren los más elevados niveles de armonía con los objetivos de protección de la biodiversidad y conservación. Estoy seguro de que si trabajamos juntos podremos desarrollar un sistema energético seguro capaz de entregar electricidad a la par que ayuda al mundo a alcanzar el cero neto en ceodós"
El Informe Eólica Marina Global 2022 estima que los objetivos gubernamentales sumados a día de hoy, a escala global, deben conducir al mundo hasta los 370.000 megavatios de potencia marina en 2031, horizonte muy próximo al fijado (380.000 MW) en el Pacto por la Energía Eólica Marina (Global Offshore Wind Energy Compact) suscrito en septiembre de 2021 por el propio Consejo y la Agencia Internacional de las Energías Renovables (International Renewable Energy Agency, Irena). ´
[Bajo estas líneas, a la derecha, potencia eólica marina acumulada a finales de 2021, por países, y, debajo, por regiones].
Para materializar ese objetivo -explican desde GWEC- resulta en todo caso absolutamente imprescindible un marco propiciatorio. Un marco que, según el Consejo Global de la Energía Eólica, pasa por (1) asegurar que las concesiones de espacio marítimo en el que ejecutar las instalaciones se aprueban en tiempo y forma, al ritmo necesario; y (2) asegurar que los procedimientos son lo suficientemente ágiles (para que la velocidad de crucero sea la necesaria para alcanzar ese objetivo) y que los procesos son "más eficientes": por ejemplo, las administraciones deben cerciorarse de que las subastas han sido diseñadas de modo tal que alumbren precios que reconozcan no solo el valor económico del kilovatio hora generado, sino también el valor social y ambiental de la eólica marina.
En ese sentido, y según GWEC, es así mismo "esencial" que gobiernos y sector privado trabajen codo con codo al objeto de "asegurar la existencia de una cadena de suministro global que funcione adecuadamente y que sea capaz de escalar su tamaño rápidamente, a lo largo de esta década, para atender como es debido el crecimiento que viene. Ahora mismo -alerta el Consejo Global-, la salud de la cadena de suministro se enfrenta al riesgo de la inflación: la subida de los precios de las materias primas, los suministros y la logística. Y lo hace además en un momento muy delicado, que conjuga dos tendencias antagónicas: (1) de desplome de precios (la competencia en el sector es brutal y algunos precios salidos de algunas subastas han resultado muy bajos, según muchos actores del sector) y (2) de alza como nunca de la demanda.
Según GWEC, la inacción puede poner en peligro la oportunidad que tiene la eólica marina de impulsar la transición energética a gran escala, creando a la vez empleo a escala local, dinamizando las economías nacionales y reduciendo a la par los precios de la energía, a la vez que se erige en garante del suministro, agente endógeno "independizador" de flujos exógenos.
Ulrik Stridbæk, vicepresidente y director de Asuntos Regulatorios de Ørsted: “la industria eólica marina global se encuentra en un punto de inflexión crítico. Por una parte, reconocemos que las ambiciones políticas han crecido exponencialmente. Pero, por otra parte, la industria está haciendo frente a costes crecientes y disrupciones en la cadena de suministro que ponen en riesgo su capacidad a largo plazo de materializar esos objetivos. La publicación del Informe Eólica Marina Global 2022 marca el momento, crucial, en el que debemos hacer balance y comenzar a debatir sobre cómo abordar esos retos y habilitar las inversiones necesarias para que la eólica marina desempeñe su rol en el mantenimiento de la temperatura global por debajo del +1,5ºC"
Los datos
El año 2021 ha sido un año de inflexión. El sector ha conectado a la red más potencia que nunca antes: hasta 21.100 megavatios marinos han sido enchufados, el triple que apenas un año antes. Así, a finales del curso había en las aguas marinas del mundo 56.000 megavatios de potencia eólica instalada (el 7% del total de la potencia eólica global reside ahora en el mar). China ha sido, por cuarto año consecutivo, la locomotora eólica marina del mundo (el 80% de la potencia conectada lo ha sido en sus aguas, casi diecisiete gigavatios). Europa ha instalado algo más de tres gigas (3.000 megavatios): Reino Unido, 2.300 MW; Dinamarca, 605 megas; Países Bajos (392) y Noruega (3,6).
Por naciones, Vietnam ha destacado en Asia por una actividad frenética. Hasta 779 megavatios ha instalado la pequeña nación del sureste asiático en aguas intermareales (aguas situadas entre los límites de la bajamar y la pleamar). Casi tanto megavatio (779) como los instalados en tierra firme en 2021 en toda España, que es la quinta potencia eólica del mundo (el año pasado fueron instalados aquí 842 megas). Así, y de la mano de China, Vietnam, Taiwán (109 MW conectados en 2021) y de alguna otra nación de aquel continente, GWEC estima que a finales de 2022 la región Asia-Pacífico adelantará a Europa, por primera vez en la historia, en potencia instalada acumulada.
Pero el año 2021 no solo ha sido año de inflexión en términos cuantitativos o geográficos. También lo ha sido en términos cualitativos. Según el Global Wind Energy Council, la tecnología eólica marina flotante ha atravesado en este año el umbral de la "fase demostrativa" para adentrarse al fin en la "fase precomercial". Hasta 57 megavatios de potencia flotante han sido instalados en todo el mundo en 2021 (ahora mismo hay operativos un total de 121 megas flotantes acumulados). En este caso además hay otra circunstancia singular: Europa (y no Asia) es la que lidera la eólica flotante. 48 de los 57 megas conectados lo han sido en aguas británicas. A ellos se han sumado (en 2021) 5,5 en China y 3,6 en Noruega.
De cara a futuro
Pero el Informe Eólica Marina Global 2022 no solo fotografía en tiempo presente al sector. También incluye previsiones a diez años vista. En concreto, estima que en el año 2031 podría haber en el mundo -como apuntábamos antes- unos 315.000 megavatios más de los que hay ahora, de modo que a principios de la próxima década estaríamos en el entorno, como se dijo, de los 370.000 (370 gigavatios, GW). Para ello haría falta que el sector instalara más del doble (unos 54,9 GW) de lo que está instalando ahora mismo (21,1).
Y ahí la eólica marina flotante, que está ya a punto de caramelo en cuanto a evolución y desarrollo, podría aportar ese plus de aceleración. En ese sentido, GWEC ha elevado sus previsiones de eólica flotante a 2030 en un 14% (con respecto a las que había hecho hace solo un año) a la luz de los objetivos crecientes de eólica flotante anunciados en Reino Unido y a la luz, también, del desarrollo acelerado que están experimentando varios proyectos flotantes en Europa, Asia y el norte de América (regiones que han elevado entre todas la cartera flotante de futuribles a los 120 gigas). Más en concreto, el Consejo considera "probable" que se construyan casi diecinueve gigavatios en todo el mundo de aquí a 2030, de los cuales once gigas (11 GW) estarían en aguas europeas, 5,5 en aguas asiáticas y el resto, frente a las costas del norte de América.
Más aún: la división de Inteligencia para los Mercados de GWEC tiene identificados proyectos por valor de 700.000 megavatios (700 gigas) en todo el mundo "en diferentes estados de desarrollo" (120 de ellos, como se dijo, son flotantes).
Por fin, el informe aporta la última hora del sector: ahora mismo hay -según datos GWEC- hasta 23.000 megavatios de potencia eólica marina "en construcción". Europa es en tiempo presente el mercado más dinámico, con una cuota del 49,5% sobre el total. A continuación vendría Asia, con un 46,4%, y por fin, América, con el 4,1%. Por naciones, China encabeza el escalafón, con 7,8 gigas "en construcción"; seguida por el Reino Unido (5,6), Países Bajos (2,3), Taiwán (2,1), Francia (1,4) y Alemania (1,1).
Global Wind Energy Council (Consejo Global de la Energía Eólica) se define como una "organización que representa al sector eólico al completo". El Consejo Global de la Energía Eólica presume de contar, entre sus más de 1.500 miembros, con "compañías, organizaciones e instituciones de más de ochenta países, incluyendo fabricantes, desarrolladores, suministradores de componentes, institutos de investigación, asociaciones eólicas y de energías renovables nacionales, suministradores de electricidad y compañías financieras y aseguradoras".