El año pasado -informa AEE-, las exportaciones del sector eólico ascendieron a 2.563 millones de euros, tras incrementarse un 18%, y suponen el 1% del total español. Las importaciones se mantuvieron estables en 326 millones. Según reza el comunicado que acaba de difundir la Asociación, "la eólica es la única de las tecnologías renovables que tiene fabricación en España. Hoy por hoy -continúa AEE-, hay empresas en toda la cadena de valor industrial, y centros de fabricación en doce de las diecisiete comunidades autónomas, con el consiguiente efecto tractor para la economía y el empleo en todo el territorio español". En comparación con otros sectores emblemáticos para España -explican desde la asociación-, la aportación a la balanza comercial española de la eólica ha sido similar en 2015 a la del vino (2.497 millones) y se ha situado muy por encima de la del sector de fruta, hortalizas y sus conservas (1.005 millones) y del calzado (283 millones), según los datos del Ministerio de Economía y Competitividad (Mineco).
Cambios en el escalafón
En términos de saldo comercial, España sube un puesto en el escalafón mundial: se sitúa en el tercer lugar, tras adelantar a Alemania, según los datos de UN-Comtrade de 2014 (los últimos disponibles para todos los países). Según AEE, "la diferencia entre ambos países está fundamentalmente en que España apenas importa tecnología eólica porque cuenta con empresas en toda la cadena de valor, mientras que el mercado alemán (el de mayor crecimiento en Europa) necesita absorber componentes de otros mercados". Por el contrario, España ha descendido un peldaño en el ranking de exportadores –hasta el cuarto lugar– a manos de China, que en 2014 superó incluso a los dos tradicionales primeros, Alemania y Dinamarca.
Sombras
El éxito internacional de la industria española -matiza AEE- no enmascara sin embargo sus problemas en el mercado doméstico: "en los dos últimos años -revela la Asociación-, los fabricantes de aerogeneradores se han visto obligados a exportar el 100% de lo manufacturado en España ante la parálisis que vive nuestro país como consecuencia de la Reforma Energética (en 2014 se instalaron 27 MW eólicos y en 2015, ninguno)".
En esta tesitura -recuerda AEE-, el Gobierno lanzó en octubre pasado el Plan de Relanzamiento de la Industria Eólica (PRIE), que suponía el reconocimiento de su carácter estratégico para España y la ambición de que nuestro país se convierta en un centro de suministro de tecnología eólica para diferentes mercados. El PRIE está dando sus primeros pasos, "pero -objeta la Asociación- su principal objetivo -que las fábricas, el empleo y la I+D permanezcan en España-, sólo se conseguirá si se reactiva la actividad eólica en nuestro país".
Según la Asociación Empresarial Eólica, "la consolidación del sector a escala global y la intensa competencia en precios hace que las presiones para la deslocalización de las fábricas en España –en favor de países con menores costes laborales– sea cada vez mayor, con un riesgo real de ocurrir si el mercado nacional no se reactiva de manera cierta e inmediata". Para ello -concluye el comunicado de la AEE-, "es necesario recuperar la confianza de los inversores modificando determinados aspectos de la regulación, como la posibilidad de cambiar las condiciones económicas de los parques eólicos –y, con ellas, la rentabilidad razonable– cada seis años, así como lanzar con urgencia un calendario de subastas de nueva capacidad".