Son algunos de los datos que incluye la última Ruta de la Energía Eólica que ha publicado la International Energy Agency. Según ese documento, que vio la luz en Pekín hace unas semanas, la energía eólica, que satisface aproximadamente el 2,5% de la demanda eléctrica global, alcanza sus cuotas más elevadas en Dinamarca, donde produce hasta el 30% del total de la electricidad que consume el país; Portugal (20%) y España, donde el 18% de los kilovatios que consumimos los trae el viento. Según la edición 2013 del Wind Energy Roadmap de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las políticas de apoyo han sido claves a la hora de estimular este tremendo desarrollo.
Entre 60 y 130 dólares el megavatio hora
La evolución que ha experimentado la tecnología a lo largo del último quinquenio ha sido otro de los factores clave del incremento de la productividad eólica, "especialmente en localizaciones con bajo recurso eólico". Otro éxito del sector ha sido la reducción de los costes de operación y mantenimiento. Según la Ruta de la Energía Eólica 2013, el rango del coste de la generación eólica terrestre oscila actualmente, en la mayoría de las localizaciones, entre los 60 y los 130 dólares estadounidenses por megavatio hora. Así, la eólica puede ser competitiva -añade el documento- "allí donde los recursos eólicos son fuertes y las condiciones de financiación son favorables, no obstante lo cual todavía requiere de apoyo en muchos países". Por otro lado, explica el documento de la AIE, los costes de la tecnología eólica marina han empezado a estabilizarse tras una larga década a lo largo de la cual no habían cesado de incrementarse. Eso sí: continúan estando más altos que los de la eólica terrestre.
Más allá de la OCDE
La Ruta de la AIE prevé que, en el año 2050, el 18% de la electricidad global será de origen eólico. Esa cuota es muy superior a la que preveía en ese horizonte la propia AIE hace tan solo unos años. Y es que, en su Ruta de la Tecnología Eólica 2009, la Agencia estimaba que la participación del viento en la cesta eléctrica global alcanzaría solo los doce puntos en 2050. Para alcanzar el horizonte ahora vislumbrado (ese 18%), la Agencia considera que el ritmo de instalación de potencia eólica debe crecer desde los 45 gigavatios registrados en 2012 a 65 gigas en 2020, 90 en 2030 y 104 en 2050. El volumen de inversión debería oscilar entre los 146.000 y los 170.000 millones de dólares, según la AIE. En cuanto a los patrones de desarrollo, la Agencia asegura que están cambiando rápidamente. Así, mientras que los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) encabezaron el desarrollo del sector en sus fases más tempranas, desde 2010 son los países no pertenecientes a la OCDE los que más turbinas están instalando. Es más, la Agencia prevé que, después de 2030, los países no OCDE tendrán más del 50% de la potencia global instalada en sus territorios.