Dos puntos más que en 2017. Los miles de aerogeneradores que ya operan en todo el Viejo Continente produjeron el año pasado el 14% de la demanda eléctrica europea, dos puntos más efectivamente que en 2017, según acaba de revelar la asociación de la industria eólica europea, WindEurope. A finales del ejercicio 2018 había en Europa 189.229 megavatios de potencia eólica instalados. Más de 11.600 de ellos fueron conectados el año pasado: 9.015 en tierra firme; 2.661, mar adentro. La asociación de la industria eólica europea, WindEurope, publicó ayer su Balance de Actividad 2018 (Wind energy in Europe in 2018. Trends and statistics). La principal conclusión del mismo (más allá de los números susodichos) es que la cuota de electricidad de origen eólico en el pastel de la electricidad europea es cada vez mayor no solo gracias al incremento constante de la potencia instalada en todo el continente, sino también debido a que el tamaño de las turbinas es así mismo creciente. En lo que a esto último se refiere, el mejor ejemplo lo aporta la eólica marina. Según WindEurope, el tamaño medio de las turbinas marinas instaladas el año pasado frente a las costas europeas (6,8 MW de potencia) fue hasta un 15% mayor que el tamaño medio de las instaladas en 2017.
Así las cosas, el parque eólico europeo ha crecido en más de once gigavatios (más de 11.600 megavatios nuevos) en 2018. De ellos, 9.015 megas han sido erigidos en tierra firme; el resto, 2.661, allende las costas. Dinamarca ha sido la nación en cuyo mix eléctrico más ha puesto el viento: hasta el 41% de los kilovatios demandados por el país escandinavo ha salido de turbinas eólicas. A continuación se han situado Irlanda (28%) y Portugal (24%). Alemania se ha quedado en el 21% y España, en el 19,0%.
La tecnología eólica ha sido la que más potencia nueva ha añadido al parque de generación eléctrica de Europa. Casi la mitad (el 49%) de los nuevos megavatios puestos en marcha en 2018 han sido eólicos. Eso sí, el Viejo Continente se ha quedado lejos del guarismo registrado en 2017, cuando fueron erigidos aquí 14,75 gigavatios, en lo que fue el Año Top de la Eólica (nunca antes habían sido instalados en un solo año tantos megavatios). En 2018, nueve gigas de nueva potencia salieron de subastas (en 2017 fueron trece). Según WindEurope, ha caído la nueva potencia instalada en Alemania por culpa de unas subastas "pobremente diseñadas" y como consecuencia también de problemas administrativos. A pesar de todo, Europa cuenta ya con 189 gigavatios de potencia instalada: 171 terrestres y 18 marinos.
Donde los números sí han batido todos los registros históricos ha sido en el capítulo de financiación, de "nueva potencia eólica financiada". Según los datos publicados por la asociación, hasta 17.000 megavatios de proyectos futuros han alcanzado a lo largo de 2018 la Decisión Final de Inversión (Final Investment Decision, FID): trece gigas en tierra firme, y 4,2 marinos. Ello supone un 45% más de potencia que en 2017, pero "solo" un 20% más en euros invertidos, "lo que demuestra -apuntan desde WindEurope- que los costes de instalación continúan cayendo".
Giles Dickson, presidente ejecutivo de WindEurope: “cada vez son más y más los trabajadores y empresarios beneficiados por la electricidad limpia y económica que produce la tecnología eólica. Sin embargo, bajo la superficie, muchas cosas no van bien. 2018 ha sido el peor año en potencia instalada de los últimos ocho. La nueva potencia eólica terrestre ha caído a la mitad en Alemania y ha colapsado en el Reino Unido. Es más: doce países de la Unión Europea no han instalado un solo aerogenerador en este último año"
“Afortunadamente -continúa Dickson-, en 2018, las decisiones de inversión en potencia futura fueron bastante mejor que en 2017. Y lo fueron gracias a Reino Unido, España y Suecia, y gracias también a la expansión de la eólica marina. Pero las perspectivas para las futuras inversiones son inciertas. Hay problemas estructurales en la concesión de permisos,
especialmente en Alemania y Francia. Y, con la excepción de Lituania, y a pesar de las mejoras en Polonia, hay un vacío de ambición en el Centro y Este de Europa"
"Los Planes Nacionales de Energía y Clima Horizonte 2030 constituyen una oportunidad para poner las cosas en su sitio. Pero los borradores de los planes carecen del detalle suficiente: en materia de medidas, cantidad de megavatios a subastar, cómo facilitar la concesión de permisos, cómo remover otras barreras a las que se enfrentan los inversores en el sector, y
como expandir la red. Los gobiernos deben resolver todas estas cuestiones antes de cerrar sus planes este año"