Así está funcionando, cada vez más, el sector eólico global, un sector muy intensivo en capital (las inversiones para sacar adelante un parque eólico marino, por ejemplo, son realmente extraordinarias). Y esa es la vía -esos contratos de largo plazo- que los promotores (y los clientes necesitados de electricidad) empezaron a explorar hace ya unos años, una vía -un modelo- que ya es toda una realidad. Una realidad que mide 5.000 megavatios, según acaba de publicar la asociación europea de la industria eólica, WindEurope. La patronal continental del viento recuerda que este tipo de contratos (power purchase agreement, PPAs) empezaron a ser hace apenas cinco años, en 2014, y asociados sobre todo a clientes del sector teleco que querían asegurarse (en el largo plazo) un precio interesante para la electricidad que necesitan sus centros de datos, auténticos sumideros de kilovatios hora.
Así comenzó todo allá por el 14 y ya vamos por 5.000 megavatios
Cantidad equivalente -según WindEurope- a toda la potencia eólica instalada en Dinamarca. La Asociación explica hoy en un comunicado que ahora son los grandes consumidores de electricidad de otros sectores los que están suscribiendo esos contratos vinculados a parques eólicos, que sumaron el año pasado 1.500 megavatios. El sector más activo -informa WindEurope- ha sido el del aluminio, con Norsk Hydro y Alcoa a la cabeza, en Suecia y Noruega, respectivamente. Las farmacéuticas y el sector del automóvil también han firmado sus primeros PPAs, "con Mercedes-Benz anunciando acuerdos en Polonia y Alemania". El último de esos acuerdos cierra el círculo, virtuoso, de las energías renovables: la electricidad eólica (ergo limpia, no emisora de CO2) contratada por Mercedes Benz abastecerá las necesidades de una de sus fábricas de... vehículos eléctricos (ergo limpios, no emisores de CO2).
La mayoría de los contratos son a quince años vista, pero Norsk Hydro ha firmado uno a 29, apuntan desde WindEurope. Escandinavia es el paraíso de esos contratos. Allí han sido suscritos la mayoría de ellos en 2018. Sin embargo, el modelo está extendiéndose rápidamente. Así, el año pasado España, Alemania y Polonia se sumaron a esta tendencia, mientras que Francia e Italia -informa WindEurope- están estudiando su introducción. El futuro es prometedor, según la Asociación, pues el Paquete de Invierno que acaba de aprobar Bruselas (que contiene las directivas europeas que han de enmarcar el futuro del mercado continental) es muy explícito sobre el particular. WindEurope recuerda que las nuevas normas instan a los Gobiernos de la Unión a remover las barreras regulatorias que entorpecen la formalización de contratos bilaterales de largo plazo de compraventa de electricidad renovable.
Giles Dickson, presidente ejecutivo de WindEurope: "todo esto demuestra que los consumidores industriales ya ven la energía eólica como una energía competitiva y fiable, una energía que les va a ayudar a reducir sus costes". Dickson recuerda en todo caso que "algunos países aún mantienen barreras contra los PPAs", barreras -añade- que los gobiernos habrán de remover, habida cuenta del nuevo marco regulatorio europeo. El presidente de la Asociación ha apuntado además que deberán decir cómo lo van a hacer, este mismo año, en sus Planes Nacionales de Energía".