WindEurope ha publicado hoy las estadísticas sobre la energía eólica en Europa en 2020. El pasado año se añadieron 14,7 GW de nuevos parques eólicos, un 19% menos de lo que se esperaba antes del Covid, con un 80% de la nueva capacidad en eólica terrestre. Los Países Bajos fueron los que más instalaron: 2 GW, en su caso la mayoría en alta mar, seguidos de Alemania, Noruega, España y Francia. En conjunto, la UE de los 27 añadió 10,5 GW de la nueva capacidad.
La eólica representó el pasado año el16% de toda la electricidad consumida en Europa en 2020, si bien en algunos países el ratio fue mucho más alto: en Dinamarca, del 48%; en Alemania y Reino Unido, del 27%; en Portugal, del 25%; y en España, del 22%.
De cara al futuro, WindEurope estima que Europa construirá 105 GW de nuevos parques eólicos en los próximos cinco años, de los cuales más del 70% serán terrestres. Sin embargo, esta cifra está muy por debajo del ritmo necesario para cumplir con el Pacto Verde y la neutralidad climática. Desde la asociación explican que en la UE sólo se construirán 15 GW anuales de energía eólica en el periodo 2021-25, cuando habría que instalar 18 GW anuales en el periodo 2021-30 para cumplir el objetivo de energías renovables de la UE para 2030 y 27 GW anuales para cumplir el objetivo más elevado que ahora se plantea de reducir un 55% las emisiones al final de la década.
Concesión de permisos, principal barrera
El principal freno al desarrollo de la eólica es la concesión de permisos. Desde WindEurope afirman que las normas y los procedimientos de autorización son demasiado complejos y las administraciones públicas, a todos los niveles, no emplean a suficientes personas para tramitar las solicitudes de permisos. El resultado es que se tarda demasiado en obtener los permisos para los nuevos proyectos, las decisiones sobre los permisos se impugnan en los tribunales y los promotores se ven disuadidos de llevar a cabo nuevos proyectos por los riesgos y los costes que conllevan. "Los gobiernos deben tomar medidas urgentes para solucionar este problema", afirman desde la patronal.
Mientras tanto, el número de aerogeneradores antiguos que llegan al final de su vida útil está aumentando. En 2020, Europa desmanteló 388 MW de energía eólica. Muchos parques eólicos clausurados están siendo repotenciados, pero, según WindEurope, no son suficientes, y pone el ejemplo de Austria, donde los obstáculos a la repotenciación hicieron que el país terminara 2020 con menos capacidad eólica de la que tenía a principios de año.
En los próximos cinco años, 38 GW de parques eólicos cumplirán 20 años de funcionamiento y deberán decidir su futuro: repotenciación, prolongación de la vida útil o desmantelamiento total.
Alemania baja el ritmo
Alemania, que ha sido durante mucho tiempo el motor de la energía eólica en Europa, sólo instaló 1,65 GW de parques eólicos el año pasado, su cifra más baja en una década. Muchas de sus subastas de energía eólica no tuvieron suficiente participación y la concesión de permisos ha sido el principal problema, si bien el número de nuevos permisos para parques eólicos aumentó el año pasado.
De acuerdo con WindEurope, esto sugiere que se avecina una recuperación, pero Alemania sigue estando muy lejos de lo que necesita instalar para cumplir sus objetivos en materia de energías renovables. Más alentador es el hecho de que Polonia haya construido una cantidad importante de nuevas instalaciones eólicas en tierra y se haya comprometido a realizar un importante desarrollo de la energía eólica en el mar. La asociación destaca, también, el caso de Francia, que ha seguido expandiendo la energía eólica terrestre y comenzará a instalar sus primeros parques eólicos marinos comerciales en los próximos años.
Preocupación en otros sectores
A las principales industrias manufactureras de Europa también les preocupa que la eólica crezca por debajo de lo esperado, ya que buscan en la energía eólica un apoyo a sus objetivos de descarbonización. Es el caso de la siderurgia y el sector químico, dos sectores que consumen mucha energía y quieren más parques eólicos para ayudar a electrificar sus procesos o para alimentarlos con hidrógeno renovable. "Su competitividad depende de una cantidad adecuada de energía eólica asequible", afirman desde WindEurope.
Lo corrobora Marco Mensink, director general del Consejo Europeo de la Industria Química (Cefic), quien asegura que la electricidad renovable, incluida la eólica, es una piedra angular en la descarbonización de la industria química en Europa: "Simplemente la necesitamos, la necesitamos a un precio competitivo y necesitamos más, tanto para la electrificación directa como para cumplir nuestro papel central en la economía del hidrógeno. Las nuevas cifras de WindEurope revelan claramente un problema en el suministro futuro, ya que no se añade suficiente capacidad".
Para solucionar el problema, Mensink dice que "se necesita un enfoque específico sobre la electrificación en la industria, hojas de ruta sectoriales que informen y refuercen el modelo de ecosistemas Industriales de la Comisión, una mayor coherencia política en todos los ámbitos y la adaptación de los marcos de la ley de ayudas estatales y de la competencia para permitir los nuevos modelos de cooperación intersectorial que ha pedido la presidenta Von der Leyen".
Axel Eggert, director general de la asociación europea del acero (EUROFER), también cree necesario acelerar considerablemente la instalación de capacidad eólica. "La energía eólica y el acero forman ya hoy un ecosistema crítico en Europa y lo harán aún más en el camino de Europa hacia la neutralidad del carbono y la circularidad. Nuestra industria está ansiosa por suministrar a sus clientes, incluida la industria eólica, no solo acero 100% reciclable y perfectamente circular, sino también acero neutro en emisiones de CO2. Para ello, necesitamos que la eólica ayude a proporcionar los 400 TWh de electricidad que nuestra industria necesita para 2050, una cantidad comparable al consumo eléctrico de Francia."