“El diseño de las próximas subastas deberá afinarse para garantizar el ritmo de avance de cada tecnología identificado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, generando el máximo valor para la economía española y reconociendo el valor de la capacidad de fabricación del sector en España”. Ese es el núcleo del discurso de la Asociación Empresarial Eólica, que acaba de difundir un comunicado en el que valora positivamente, en términos generales, la subasta que celebró ayer el Gobierno, una subasta en la que la participación de las empresas del sector eólico ha resultado alta, lo que demuestra, según la AEE, (1) “el interés por parte de los promotores en la obtención del esquema retributivo que ofrece” y (2) “la existencia de una bolsa de proyectos maduros, suficientemente grande como para poder cubrir dichos objetivos a lo largo de los próximos años”. La potencia total eólica adjudicada en la subasta ha sido de 998 megavatios (sobre un total de 3.034 adjudicados).
Los 998 megas han sido asignados a las empresas Capital Energy, EDPR, Elawan, Enerfin, Eurus, Green Capital, Greenalia y Naturgy. La ejecución de esos casi mil megavatios va a demandar, según la AEE, una inversión superior a los 1.000 millones de euros, “ayudando a garantizar el empleo a más de 30.000 personas” (según la Asociación, la eólica cuenta ahora mismo en España con más de 200 centros de producción que representan “el 100% de la cadena de valor”). Actualmente, la energía eólica es la primera tecnología por potencia instalada de nuestro mix y, con los resultados de la subasta, será la primera tecnología del mix en potencia y producción en los próximos años.
Juan Virgilio Márquez, jefe ejecutivo de la AEE: “la eficacia de la reciente subasta debe medirse por la ratio de proyectos realmente ejecutados en el plazo asignado y por el impacto positivo que genere en la cadena de valor. La subasta debería ayudar a equilibrar, encauzar y controlar el ritmo de avance de cada tecnología para cumplir el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Por tanto, el dimensionamiento de los cupos mínimos de cada tecnología y el calendario de puesta en marcha de los proyectos debe respetar la proporcionalidad que cada tecnología tiene asignada para cumplir con ese Plan. En el caso de la eólica, el sector puede asumir anualmente cupos más amplios que el actual. El impulso al sector eólico español es necesario para contribuir a la recuperación económica en los próximos años”
Útil, pero no suficiente
La Asociación Empresarial Eólica considera la subasta como “una herramienta que ayuda” al despliegue de nueva potencia renovable, pero destaca a la vez que no es un mecanismo “suficiente para cumplir con los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima” (este plan del Gobierno ha fijado como objetivo 2030 que en España haya en esa fecha 50.333 megavatios de potencia eólica operativos y, a 31 de diciembre de 2020, había solo 26.811, según Red Eléctrica de España, por lo que los 998 megas ahora adjudicados siguen manteniéndonos muy lejos del horizonte 2030). En ese sentido, la AEE considera que el avance de la eólica anual debería estar en torno a los 2.200 MW para poder alcanzar el Objetivo fijado en el Plan. “Por tanto, el cupo de eólica de la subasta actual con 1.000 MW, más los ya planificados 1.500 MW anuales hasta el 2025, no son suficientes. Garantizar un ritmo de avance anual de los proyectos es imprescindible para evitar tensiones en la cadena de suministro”.
Diseño
Más allá en todo caso de los números, el reto -considera la asociación- es habilitar un diseño de subastas anuales futuras “que permita aprovechar al máximo las características de cada tecnología, no compitiendo entre ellas sino sumando esfuerzos, y que vele por la cadena de valor existente en nuestro país”. Y en ese sentido la AEE alerta: la competencia bajo esquemas de neutralidad tecnológica -sostiene- obliga, aun disponiendo de cupos garantizados para cada tecnología, a estrategias agresivas de los actores, estrategias “que pueden no tener en consideración las implicaciones en nuestra cadena de valor existente”.
La Asociación también alerta en su comunicado de valoración de esta subasta sobre el poco peso del cupo eólico establecido en la subasta: 1.000 MW eólicos (menos de 250 aerogeneradores con los modelos actuales). Esto “implica -según la Asociación- una carga de trabajo muy por debajo de la capacidad del sector, que está cercana a los 4.000 megavatios año; por tanto, garantizar un ritmo de avance anual de los proyectos con la dimensión adecuada es imprescindible para evitar tensiones en la cadena de suministro”. Por eso, la AEE propone asignar 500 MW más de cupo mínimo a la eólica, para ayudar a dar estabilidad a la cadena de valor ubicada en nuestro país.
La fecha de instalación de los nuevos megavatios adjudicados para la eólica en la subasta es 2024. El sector eólico precisa de una planificación de fabricación para 2022 y 2023 para que los centros industriales cuenten con la visibilidad y predicción necesarias, que evite tensiones en la cadena de valor.
El desarrollo acompasado de la eólica con su objetivo para 2030 tiene una gran relevancia para reducir el riesgo de altos precios de la electricidad en los meses de invierno. La eólica -sostiene la AEE- es “la única tecnología renovable competitiva disponible que puede dar más generación en esas horas cruciales de consumo eléctrico de los días de invierno aumentando la potencia instalada”. No aumentar el cupo eólico al nivel necesario para alcanzar los 50,3 GW eólicos en 2030 sería así, según la Asociación, “arriesgarse a tener con mayor frecuencia altos precios de la electricidad en los meses de invierno, que son precisamente aquellos en los que más electricidad consumen los ciudadanos y las empresas”.
La Asociación Empresarial Eólica está integrada por más de de 200 empresas, que representan, según AEE, a más del 90% del sector en el país. Entre ellos hay promotores, fabricantes de aerogeneradores y componentes, asociaciones nacionales y regionales, organizaciones ligadas al sector, consultores, abogados y entidades financieras y aseguradoras, entre otros.