Las sospechas radican en la bajísima actividad actual en el mercado eólico en 2011. Según la acusación, el bajón se debe a que las eléctricas van perdiendo interés por la eólica en España puesto que la mayor penetración de esta fuente de energía, junto con la desaceleración de la demanda eléctrica, repercute en recortes a la producción de sus centrales convencionales. Los recortes de la producción convencional son aún más dañinos en el caso de las nuevas centrales de gas de ciclo combinado construidas en la última década y aún sin amortizar.
Estas centrales han crecido durante el periodo, evolucionando desde una aportación muy pequeña hasta llegar a ser la primera tecnología por potencia instalada, con unos 26 GW en operación, cifra que aumenta continuamente a pesar de la sobrecapacidad. Puesto que la eólica cuenta con prioridad y garantía de vertido de energía a la red, el operador del sistema recorta cada vez más generación de gas cuando sopla el viento. El año pasado, la cobertura de la demanda mediante ciclo combinado bajó drásticamente desde el 31% hasta un 23%, y estas centrales han llegado a operar a cerca de un 20% de su capacidad.
Más aún: en los cuatro primeros meses de 2011, el factor de capacidad de los ciclos combinados ha sido de un 17%. Mientras tanto, las cifras de la nueva potencia eólica instalada no parecen llegar siquiera a los 300 MW en lo que va de año; una media de poco más de 50 MW al mes, frente a los 150 MW instalados como media en 2010 ó los casi 300 MW mensuales de 2007, casi seis veces la cifra actual. La cifra aumenta las sospechas respecto al reducido entusiasmo y el conflicto de intereses de las eléctricas.
Según la patronal eólica
“Pero venimos avisando desde 2009 que esto iba a pasar por la situación regulatoria, y hemos trabajado para intentar evitarlo”, dice el departamento de comunicación de AEE. Ciertamente, AEE, que por cierto inaugura mañana su Convención Eólica anual, ha avisado repetidamente de que un frenazo era inminente debido tanto a los cupos impuestos por el Registro de Preasignación como a la falta de un nuevo marco de retribución más allá de finales de 2012, cuando caduque el actual.
No obstante, poniendo a un lado la coyuntura regulatoria y el Registro de Preasignación, la duda radica en una pregunta planteada por uno de nuestros entrevistados: “¿qué sucede dentro de las empresas eléctricas –operadores tanto de parques eólicos como de ciclos combinados– cuando la eólica empieza a quitar del sistema eléctrico grandes cantidades de generación de gas? Esta pregunta ya empieza a ser clave”, asegura. Casi un 50% de la potencia eólica instalada en España pertenece a las grandes eléctricas, todas con intereses importantes en los ciclos combinados (Iberdrola, E.On, Gas Natural, Endesa, EDP, Enel ...).
La clave está en el registro
“Está claro que, en 2009, las eléctricas acudían a la convocatoria del Registro de Preasignación con la intención de realizar los parques”, explica. “No obstante, la poca actividad del sector en el mercado español ahora –y no no así en el extranjero– indica que las eléctricas no están haciendo el mismo esfuerzo que antes; bien intencionadamente, bien por las dinámicas que surgen”, añade. “Todos los parques [mayores de 10 MW] que se van a instalar en España hasta finales de 2012 pertenecen al Registro. No hay más. Es un cupo cerrado. Si las eléctricas no realizan los proyectos, el Registro llega a ser un instrumento para obstaculizar el desarrollo eólico en este país. Y parece que esto es lo que está pasando”.
No es así, asegura AEE. De los 7.186 MW totales prerregistrados, unos 4.300 MW ya están en funcionamiento, explica la asociación. Unos 1.700 MW adicionales están programados para entrar en operación en el bienio 2011-2012, según sus cálculos; cifra que se traduce en una media mensual de unos 70 MW, solo un poco por encima de la tendencia actual. AEE explica que existen alrededor de 1.200 MW que tienen problemas para instalarse, ya sea por retrasos de las infraestructuras, por sentencias ambientales o por falta de rentabilidad de los proyectos. “Desde AEE, se ve todos los días la dedicación de estas empresas hacia sus proyectos".
Política en mayúsculas y economía de riesgo
Según el presidente de la Fundación Renovables, Javier García Breva, “yo no diría nunca que el enemigo de las energías renovables está dentro del mismo sector. Estas empresas lo han jugado todo con sus proyectos”, añade. “Todo lo que tienen en Preregistro lo van a hacer. Lo que falta es la Política en mayúsculas para realizar parques más allá de 2012”. También desde la Fundación, Fernando Ferrando achaca gran parte de la ralentización a los cambios regulatorios en años recientes, que vulneran la seguridad jurídica de las inversiones en las energías renovables, dificultando y encareciendo la financiación. “Se convierte en una inversión de riesgo y esto es un elemento nuevo y asombroso y allí radican las causas del frenazo”.
García Breva añade que, en vez de reducir sus intereses eólicos, las eléctricas buscan compensación al bajo factor de potencia de sus centrales de gas, mediante el pago de una prima por su alta disponibilidad y su garantía de potencia. Si se les conceden dichas primas, quizá el sector eólico, sobre todo los suministradores, tenga menos motivo por los que preocuparse (a pesar de los costes adicionales incurridos por el sistema eléctrico, ya azotado de todas formas por los altos precios actuales del gas). En la imagen, central de ciclo combinado de Escombreras, en Murcia, propiedad de Iberdrola.
Más información
www.aeeolica.es
www.fundacionrenovables.org