Otra de las hojas de ruta del Gobierno -recuerda el estudio- es la referida a los puertos, que contempla acometer una evaluación de las necesidades de las dotaciones portuarias, en las que se deberían emplear de 500 a 1.000 millones de euros para cubrir las nuevas necesidades logísticas, según cálculos del Ministerio para la Transición Ecológica. Una de las ventajas reside en que la energía eólica marina también servirá para proporcionar electricidad a los puertos, todo ello en un momento clave de la implementación de la electrificación con la tecnología OPS (conexión del buque atracado en un puerto a una red general eléctrica) en la red española. De hecho, de aquí a 2030, los puertos de la Unión Europea estarán obligados a tener instalada en sus muelles la infraestructura necesaria para que las embarcaciones se conecten a la red eléctrica.
El análisis de OIM concluye que España aspira a convertirse "en un referente europeo en la energía eólica marina", dada su experiencia en renovables, pero también gracias al avance tecnológico que conlleva la reciente introducción de estructuras flotantes.
Las previsiones apuntan -informa Europa Press, que cita como fuente a WindEurope- a que en España se desarrollarán 12.000 MW de energía eólica (marina y terrestre) hasta 2027, una cifra que supondría un 12% de contribución respecto a toda la potencia instalada en la Unión Europea.
El impacto económico de esto, según los datos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), sería de 6.116 millones de euros de aportación directa al PIB en un escenario en el que un 75% de las actividades tengan lugar en España.
Adicionalmente, se sumarían otros 1.860 millones de euros relacionados con áreas como operación y mantenimiento o construcción de buques, por lo que la aportación del desarrollo de eólica marina supondría 9.581 millones de euros.
En cualquier caso, la presencia de instalaciones al servicio de parques eólicos marinos en la infraestructura portuaria española abarca múltiples retos, como la navegabilidad, maniobrabilidad, calados y canales de acceso; la superficie libre disponible en tierra; la limitación en altura de las edificaciones o la capacidad portante de los firmes; la maquinaria y equipamiento para la carga y desplazamiento de los elementos; el manejo y estiba de los componentes; o el encontrar modelos de financiación y búsqueda de ayudas estatales y europeas.