La información ha sido suministrada por la Secretaría de Energía (Sener), cuya Dirección General de Energías Limpias participa, al igual que la Gerencia de Proyectos de Ingeniería Civil (GEIC) de la Comisión Federal de Electricidad y que la Universidad Nacional Autónoma de México, del proyecto, coordinado por el Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (INEEL).
El proyecto cuenta también con la colaboración de la Universidad Técnica de Dinamarca, una de las consecuencias del Acuerdo de Cooperación Técnica que México ha suscrito con ese país.
Esta primera etapa del Atlas Eólico Mexicano consiste en la instalación y operación de siete torres de 80 metros de altura, cada una equipada con anemómetros, pirómetros, pararrayos, paneles solares fotovoltaicos y equipos de enlace vía satélite para enviar datos de temperatura y velocidad de viento.
Los datos obtenidos “tendrán una resolución de malla de 4 a 10 km”, y serán enviados cada 10 minutos, para luego ser procesados a través de un software desarrollado en la mencionda universidad danesa. Esto “permitirá fortalecer la información y desarrollar la capacidad para hacer posible la planeación de la explotación del recurso eólico en México para la generación eléctrica en gran escala, media escala y pequeña escala, incluyendo la valoración dedicada del recurso eólico y herramientas de localización para propósitos de planeación”, se explica.
El proyecto cuenta con el apoyo financiero del Fondo para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable de la Energía (FOTEASE), con una inversión de casi 1,9 millones de dólares.