Iberdrola acaba de anunciar que ha empezado a diseñar sus instalaciones eólicas con condiciones orográficas complejas, tanto terrestres como marinas, mediante un sistema de súper computación desarrollado junto al Barcelona Supercomputing Center - Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS). El sistema -informa Iberdrola- ha sido ideado en el marco del proyecto Sedar (Simulación Eólica de Alta Resolución), "una iniciativa de I+D+i que ha propiciado la creación de un modelo informático que mejora sustancialmente la estimación de la producción de energía eléctrica de los parques eólicos, incluso a lo largo de toda su vida útil".
Reduce la incertidumbre
Según Iberdrola, la gran ventaja de Sedar, proyecto que se ha desarrollado durante dos años, "es la reducción de la incertidumbre, y por lo tanto del riesgo de la inversión, a la hora de afrontar el diseño de los proyectos eólicos complejos". La multinacional hispano catarí (su principal accionista es el Fondo Soberano de Catar) explica en la nota que ha publicado hoy que ya ha aplicado este sistema en el diseño del parque eólico Pier II, en México, instalación que se va a construir a una altitud de unos 2.500 metros, "en un terreno que presenta, además, una orografía compleja, en el que los resultados obtenidos con los vigentes modelos comerciales de predicción presentaban grandes incertidumbres".
Tres hitos
El Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) es definido por Iberdrola como el centro líder de la supercomputación en España. Su especialidad es la supercomputación de altas prestaciones (High Performance Computing). La función del CNS -explica la compañía eléctrica- es doble: ofrecer infraestructuras y servicio en supercomputación a los científicos españoles y europeos, y generar conocimiento y tecnología para transferirlos a la sociedad. El CNS gestiona la Red Española de Supercomputación (RES) y viene a ser -según Iberdrola- el último hito de su carrera eólica. El primero habría sido -relata- la puesta en marcha, en 2003, del Centro de Operación de Renovables (CORE) de Toledo, centro en el que, por primera vez, se integraba el control y operación de todas las instalaciones renovables de una empresa: "la apertura de este centro de control permitió dar un vuelco a la energía eólica desde una energía difícil de operar y de controlar, a una fácilmente manejable". El segundo hito reseñado por la compañía sería el Proyecto Meteoflow, "en el que se hacía una previsión de la producción día a día de los parques eólicos, permitiendo a la energía eólica entrar dentro del mercado eléctrico y facilitando decisivamente el trabajo en la operación y mantenimiento de los parques". Y, por fin, Sedar sería el tercero, un proyecto que "permite diseñar con menos riesgos de inversión los parques eólicos".