Los estudios de la morfología del subsuelo, llevados a cabo en un área de unos 34 kilómetros cuadrados del mar Báltico, han servido -informa Iberdrola- para extraer "muestras estratigráficas de rocas sedimentarias" y asimismo para desarrollar "pruebas sísmicas, mediante ondas de sonido, con el fin de determinar la estructura del lecho marino". La multinacional española califica esos estudios como "hito importante en el desarrollo de este proyecto, ya que se trata de un requisito para la obtención de los permisos exigido por el regulador Bundesamt für Seeschiffahrt und Hydrographie (BSH); además, los resultados servirán para definir las dimensiones y el diseño de la cimentación de las turbinas, a la vez que determinarán el método que se usará para su instalación".
Cuatrocientos megavatios de potencia
El parque de Wikinger, de 400 MW, se instalará en el mar Báltico, a 35 kilómetros de la isla de Rügen (Mecklemburgo-Pomerania Occidental). La inversión superará los 1.500 millones de euros, según la compañía, que, además, asegura que, "durante los 20 primeros años de operación, el parque generará 650 millones de euros en concepto de impuestos para las administraciones local y regional, creando unos 2.000 empleos directos e indirectos". La compañía calcula que el parque eólico marino de Wikinger generará electricidad suficiente "como para cubrir la demanda anual de 350.000 hogares y evitará la emisión anual de 600.000 toneladas de CO2". Iberdrola estima que la puesta en marcha de Wikinger se completará a mediados de 2017 "para poder así acogerse al régimen de tarifas vigente".
Areva suministrará los aerogeneradores
Según el comunicado difundido hoy por la eléctrica española, "en noviembre del año pasado, Iberdrola y Areva Wind, con sede en el puerto alemán de Bremerhaven, firmaron un acuerdo de proveedor preferente para el suministro de los aerogeneradores". Además, la multinacional que preside José Ignacio Sánchez Galán "ha lanzado el proceso de licitación para el suministro e instalación de los principales elementos del parque, cimentaciones, cables y subestación, por un valor conjunto de 900 millones de euros". Asimismo -informa Iberdrola- "progresan las negociaciones para la selección del puerto que se utilizará como base de operaciones para la construcción del parque y su posterior operación y mantenimiento; el acuerdo final será anunciado en las próximas semanas".
Las condiciones de una inversión multimillonaria
Iberdrola condiciona no obstante "la decisión final de inversión". La compañía dice que solo tomará esa decisión, en diciembre de este año (y que adjudicará además los primeros contratos de suministro a principios de 2014), si las autoridades alemanas confirman "tanto la tarifa aplicable como la disponibilidad en 2016 de la conexión a la red". En este sentido, Iberdrola dice haber acogido "con agrado las garantías a los inversores expresadas por el gobierno alemán respecto a la estabilidad a largo plazo del marco regulatorio de las energías renovables". Sin embargo -insiste la compañía en su comunicado-, "hay que señalar que la disponibilidad de conexión a la red, mecanismos estables de apoyo y la agilidad del procedimiento para la tramitación de los permisos son condiciones esenciales para evitar costes y riesgos innecesarios y poder cumplir con las expectativas". Iberdrola declara una cartera de proyectos eólico marinos en Alemania que asciende a 2.000 MW y concluye su nota de prensa con lo que cabría calificar como aviso para navegantes: "a finales de 2013 se habrán invertido unos 70 millones de euros en el desarrollo del complejo de Wikinger y para 2019 la compañía podría llegar a invertir unos 3.000 millones de euros en el sector eólico offshore del mar Báltico de cara a instalar 1.000 MW".