El grupo germano de ingeniería y servicios Bilfinger, junto a un experimentado conjunto de contratistas, es el encargado de llevar a cabo una operación pionera, que permitirá optimizar el diseño de las cimentaciones tras evaluar el comportamiento de los pilotes frente a las cargas estáticas, dinámicas y cíclicas propias de las estructuras offshore. Bilfinger ha incluido estas pruebas bajo el agua de cara a poder cumplir con los requisitos técnicos establecidos por el Bundesamt Für Seeschifffahrt Und Hydrographie (BSH), la autoridad alemana de navegación.
Para realizar esta operación, nueve pilotes, fabricados por Bilfinger MCE en su factoría de Aschersleben, en Alemania, están siendo instalados en el lecho marino del emplazamiento seleccionado para este parque eólico offshore. Las pruebas también incluyen una evaluación del comportamiento de sistemas de mitigación de ruido.
Los resultados de los trabajos serán de gran utilidad de cara a determinar las soluciones de ingeniería del proyecto, optimizar el diseño, fabricación e instalación de las cimentaciones.
El parque de Wikinger es el primer proyecto eólico marino de una empresa española en Alemania. Está ubicado en aguas del mar Báltico, incluye la instalación de 70 aerogeneradores de 5 MW de potencia unitaria y una subestación marina en un área de unos 34 kilómetros cuadrados, todo ello en una zona con profundidades de entre 37 y 43 metros.
Una vez entre en operación, previsiblemente en 2017, Wikinger producirá suficiente electricidad como para cubrir las necesidades de más de 350.000 hogares alemanes, equivalentes a más del 20% de la demanda de energía del estado federal de Mecklemburgo-Pomerania occidental, en donde se sitúa.
Iberdrola se encuentra en estos momentos en la fase final de la negociación de los contratos con los proveedores para el suministro de los cables, cimentaciones, plataformas, subestación offshore y aerogeneradores del parque, tras un transparente y exhaustivo proceso de licitación.
Uno de estos contratos ha sido adjudicado recientemente, por un valor de cerca de 70 millones de euros, al Puerto Real de Navantia, en Cádiz, que ha sido seleccionado como proveedor preferente de las estructuras metálicas de Wikinger.