La cadena de suministro eólica beneficia a regiones de todo el mundo, incluidas las menos favorecidas económicamente, señala la asociación WindEurope, que recuerda que los ciudadanos se están beneficiando, también, de la propiedad compartida de los parques eólicos. Unas instalaciones que contribuyen a la actividad económica local a través de los impuestos que pagan a los gobiernos locales.
La industria eólica ha traído empleos e inversiones a muchas regiones, incluidas las que han dependido de las industrias tradicionales. Áreas de construcción naval, por ejemplo. Así, en España y Polonia ahora se producen torres, cimientos, grúas y embarcaciones autoelevables para la instalación de turbinas en alta mar.
Las economías impulsadas por el petróleo y el gas también se están beneficiando, afirma Wind Europe. En Nuevo México se han invertido 2.400 millones de euros en eólica y el sector respalda 4.000 empleos. En los Estados Unidos en general, el técnico en turbinas eólicas es uno de los dos trabajos con crecimiento más rápido en el país. En Canadá ocurre algo parecido. La provincia de Alberta está invirtiendo 5.400 millones de euros en nuevos proyectos de energía eólica.
Energía limpia y asequible
La energía eólica está proporcionando al mundo energía limpia y asequible. Después de un año récord de instalaciones eólicas en 2017, Europa tiene una capacidad instalada de 169 GW, que genera el 12% de la electricidad de Europa (el 44% en Dinamarc). A nivel mundial, ahora hay 539 GW de energía eólica instalados. Cuatro estados de EEUU obtienen más del 30% de su electricidad del viento, al igual que Uruguay y el estado de Australia del Sur.
El consejero delegado de WindEurope, Giles Dickson, destaca, asimismo, el importante papel que está desempeñando la eólica marina en buena parte de Europa; una tecnología que ha reducido sus costes en más del 60% en tres años. Como recurso local, el viento también significa mucho menos dinero gastado en la importación de combustibles fósiles. Y, por supuesto, significa menos CO2 y aire más limpio.
De acuerdo con los datos de la la asociación, la eólica suma 260.000 empleos de alta calidad en Europa, contribuye con 36.000 millones de euros al PIB de la UE y exporta por valor de 8.000 millones de euros. También tiene un claro impacto positivo a nivel local, ya sea por la generación de empleos e inversiones en la cadena de suministro, o por la instalación de parques eólicos, que todo lo cual contribuye vía impuestos a los municipios locales.
En palabras de Steve Sawyer, secretario General del Consejo Mundial de Energía Eólica, GWEC, la eólica es "un salvavidas industrial para las comunidades rurales de todo el mundo". Y añade: "Desde el oeste de Texas hasta el noreste de Brasil, desde la región del Cabo de Sudáfrica hasta la costa de Marruecos, desde Xinjian, Gansu y Mongolia Interior en China hasta Iowa, Kansas y Dakota del Sur en los Estados Unidos, y en la mitad sur de la India, la energía eólica crea empleos locales que ofrecen a la generación más joven una oportunidad de un buen empleo cerca del hogar, en lugar de tener que emigrara a la gran ciudad, donde sea que esté. El valor de construir economías rurales vibrantes no se puede medir solo en números, sino a través de la cohesión social y del fortalecimiento de las comunidades".