"El mundo necesita una acción decisiva para combatir la emergencia climática", señalan los firmantes. "La COP 26 debe marcar el comienzo de una nueva era de desarrollo sostenible impulsada por la energía renovable" y "la industria eólica dispone de las herramientas necesarias para ofrecer objetivos ambiciosos, como cuadruplicar la cantidad de energía eólica desplegada en el mundo. Este manifiesto pide a los gobiernos que ayuden a la industria eólica a conseguirlo", afirman
Según los datos aportados por GWEC, con prácticamente 800 GW eólicos instalados en el mundo a día de hoy, la energía eólica ya nos ayuda a evitar más de 1.100 millones de toneladas de emisiones de CO2 al año, lo que equivale a las emisiones de carbono anuales de toda América Latina.
GWEC incide, asimismo, en los positivos efectos socioeconómicos de la energía del viento: "la industria eólica es un importante proveedor de trabajos especializados, beneficios socioeconómicos, innovación e inversión que transforma positivamente a las economías y comunidades en todo el mundo. Tiene un papel determinante al mejorar la infraestructura, revitalizar a las comunidades y contribuir a sistemas energéticos asequibles, confiables, sostenibles y modernos", afirman. Además, "es una solución transversal que puede respaldar la descarbonización de las industrias que requieren de mucha energía, como las de transporte, acero, cemento y productos químicos. Y apoya a la naturaleza, la biodiversidad y la arquitectura".
Por debajo de lo necesario
Los firmantes del manifiesto coinciden en que La COP26 debe ser decisiva, ya que dará inicio a la década de acción y compromisos para combatir el cambio climático. "Ya contamos con las herramientas y la tecnología para limitar el calentamiento global e incluso para alcanzar nuestro objetivo de emisiones netas cero para el año 2050. Sin embargo, necesitamos una voluntad política sin precedentes y una movilización de toda la sociedad para que esto suceda. Necesitamos trabajar juntos para elevar la energía eólica a nuevas alturas y salvaguardar nuestro planeta para las generaciones futuras".
En este sentido, señalan que aunque tanto la Agencia Internacional de la Energía (IEA) y la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) sitúan a la eólica como la tecnología que debe aportar más electricidad limpia para lograr las emisiones netas cero en 2050, el mundo "no está implementando la suficiente energía eólica ─ni lo suficientemente rápido, ni abarcando las geografías suficientes─ para hacer realidad este futuro". De acuerdo con GWEC, si se mantienen las tasas de instalación actuales, solo tendremos el 43% de la capacidad de energía eólica necesaria para ese mundo climáticamente neutro en 2050, "lo que nos condenará a no cumplir con las metas climáticas".
"Si no implementamos medidas drásticas para aumentar la implementación de energía eólica, no descarbonizaremos los sectores de energía, industria, transporte, climatización y otros, y no lograremos ampliar significativamente la producción de hidrógeno verde", aseguran. GWEC afirma que el volumen anual de energía eólica desplegada en todo el mundo debe cuadriplicar los 93 GW instalados el último año. Esto puede lograrse, asegura, pero solo si hacemos más "de lo normal" y aplicamos un enfoque de "emergencia climática" a la energía y la economía.
El manifiesto
Consta de ocho puntos, en los que piden:
1 Aumentar la ambición de la energía eólica y reflejarlo en las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés), estrategias climáticas nacionales integrales y planes
energéticos a corto y largo plazo.
2 Comprometerse a abandonar rápidamente la generación basada en carbón. El rápido cierre de las plantas de carbón en todo el mundo a partir de 2022 y el cumplimiento con los cronogramas de desmantelamiento/abandono harán la diferencia entre un camino hacia el calentamiento global de entre -2° y 1.5°, aseguran. También generará ahorros de miles de millones de dólares en obtención de energía y costos de salud pública, que pueden canalizarse hacia programas de crecimiento limpio.
3 Diseñar el nuevo mercado energético para que refleje los sistemas del futuro: flexibles, sensibles a la demanda, confiables y dependientes de una cuota mayoritaria (o el 100 %) de energía renovable. Esto implica, entre otros aspectos, eliminar los subsidios o las ventajas directas y ocultas para la generación de combustibles fósiles.
4 Implementar esquemas de obtención de permisos optimizados y lógicos para proyectos de energía renovable. Si no se optimizan los procedimientos para otorgar permisos, incluidos la asignación de tierras y la conexión a la red, habrá un excedente de proyectos "atascados" y los países no alcanzarán sus objetivos climáticos, advierten. Según WindEurope, en el caso de la eólica en tierra, la obtención de los permisos se puede demorar más de 8 años en España, Italia, Grecia, Suecia, Bélgica (Flandes) y Croacia.
5 Iniciar planes para ampliar rápidamente las redes de energías limpias y las estaciones de carga para los vehículos eléctricos.
6 Desarrollar políticas coherentes e inclusivas que dediquen recursos públicos al cambio centrado en las personas hacia una economía con emisiones netas cero.
7 Alinear los flujos financieros nacionales y regionales con puntos de referencia para un camino hacia el objetivo de la Cumbre de París de no sobrepasar el 1,5 °C de incremento de la temperatura.
8 Promover la cooperación voluntaria en la fijación de precios del carbón en virtud de los artículos 6.2 y 6.4 del Acuerdo de París. Los mecanismos que disuadan las emisiones en su origen, como tasas compensatorias en las fronteras al carbono en productos que requieren mucha energía, pueden enviar fuertes señales a los actores del sector energético, lo que respalda mayores inversiones en tecnologías que utilicen poco carbón, aseguran.