El proyecto consiste en el diseño, construcción, montaje y puesta en operación de un parque eólico de cincuenta megavatios (50 MW) de capacidad instalada, y, según el BCIE, "contempla la instalación de hasta dieciséis aerogeneradores, distribuidos y ubicados de acuerdo a los resultados del análisis del micro-siting, con el objetivo de optimizar el recurso eólico disponible". El financiamiento -informa el BCIE- fue estructurado bajo la modalidad de un crédito sindicado, en el que también participan las entidades Banco G&T Continental (G&T) y Banco Agromercantil de Guatemala. Según declaraciones del Gerente del BCIE por Guatemala, Florentino Fernández Venegas, "el financiamiento se enmarca dentro de la Estrategia BCIE 2010-2014 Competitividad con Integración y Desarrollo Social, dentro del área de focalización de energía, contribuyendo a impulsar iniciativas de infraestructura estratégica en apoyo a la actividad económica de los países, favorecer la integración física de la región y contribuir a la sostenibilidad ambiental de Centroamérica".
El 64% de los kilovatios, de origen renovable
Los objetivos del proyecto -informa el BCIE- son la "diversificación de la matriz energética, priorizar el desarrollo de proyectos de energías renovables y optimizar la utilización de los recursos naturales para minimizar el impacto en el medio ambiente de las emisiones de CO2". Según la Política Energética 2013-2027 del Ministerio de Energía y Minas guatemalteco, la matriz de generación eléctrica en Guatemala estaba conformada del siguiente modo en 2012: 51,4% de kilovatios generados en saltos hidroeléctricos; 24,31% de bunker (combustible fósil); 10,7%, de bagazo de caña; 10,4%, de carbón mineral; el 2,99% de los kilovatios hora era de origen geotérmico; y el 0,16%, de diésel oil.