Uno de los aspectos perseguidos por el gobierno francés con estas reformas, elaboradas por un grupo de trabajo creado en octubre pasado, es que sirvan para reducir a la mitad el tiempo promedio necesario para que los proyectos eólicos se completen y se conecten a la red eléctrica. Actualmente, los trámites se demoran entre siete y nueve años, cuando en Alemania el promedio es de tres o cuatro años.
Este aspecto es, además, determinante para contrarrestar la prolongada oposición de determinados colectivos al desarrollo de la energía eólica en el país (uno de los más importantes es la Fédération Environnement Durable), que se oponen a esta fuente de energía motivados por aspectos como el impacto paisajístico, el ruido o la contaminación lumínica que, en su opinión, generan las turbinas.
Según informa la prensa francesa, dichos colectivos vienen presentando sistemáticamente apelaciones contra los proyectos eólicos en los tribunales, y éstos tardan años en ver los casos, lo que retrasa la realización de los proyectos. Por esta razón, una de las medidas propuestas es "bajar de escalón" los recursos, de manera que puedan ser resueltos directamente por los tribunales administrativos de apelación.
Entre las diez propuestas también figura modificar la distribución de los beneficios fiscales, aumentando la parte atribuible a los municipios que albergan turbinas eólicas. Esta medida ha sido especialmente aplaudida por la Federación de Comunidades que manejan los servicios públicos de Energía y Agua (FNNCR). Ahora, los más beneficiados son los propietarios de la tierra donde se colocan las máquinas.
Otras medidas planteadas son bonificar los proyectos que recurren a la financiación colectiva (crowdfunding) para el desarrollo de parques eólicos, lo que mejora las posibilidades de los ciudadanos a la hora de participar en estos proyectos, y equipar los aerogeneradores con iluminación fija y no parpadeante. Algo considerado muy molesto por personas que viven cerca de las instalaciones eólicas.
Francia cuenta actualmente con algo más de 13.700 MW eólicos, 1.600 de ellos añadidos en 2017, que fue un año récord para la energía del viento en este país, según los datos que acaba de dar a conocer la Asociación francesa de Energía Eólica.