Tendencias 2022 en materia de Financiación e Inversión (Financing and Investment Trends), informe que acaba de publicar, como cada año, WindEurope, destaca que la inversión registrada durante el curso pasado en nueva potencia eólica ha caído hasta la altura de las registradas a finales de la década pasada, hasta el punto de que 2022 ha quedado retratado como el peor año desde 2009, lo que ha sido valorado por la asociación como "una cruda advertencia para gobiernos y actores políticos". Las intervenciones en el mercado y el mantenimiento de ciertas barreras -advierten desde WindEurope- están ahuyentando a los inversores. "Europa necesita urgentemente restaurar la confianza en el inversor". De otro modo -añaden en la asociación-, podríamos asistir a una caída en el despliegue de nuevos parques eólicos en vez de registrar el gran incremento que cabría prever habida cuenta del marco creado por el plan REPowerEU.
Más allá de las valoraciones, WindEurope concreta en su informe los números registrados en cada país. Alemania ha vuelto a ser una vez más la gran locomotora eólica del continente, mientras que los otros dos cajones del podio se los han adjudicado dos pequeñas naciones periféricas: Finlandia, en el extremo nororiental, y Portugal, en el último confín, en el extremo suroeste, de Europa.
Según Tendencias 2022 en materia de Financiación e Inversión, los 17.000 millones de euros invertidos en 2022 están sirviendo para impulsar el despliegue de 12.000 megavatios de potencia en toda Europa, 10.000 de los cuales se los ha apuntado la Unión Europea. "Estos parques eólicos serán efectivamente ejecutados a lo largo de los próximos años y no deben ser confundidos -matizan en la asociación- con la potencia eólica instalada anualmente".
La Unión Europea instaló en 2022 dieciséis gigavatios (ó 16.000 megavatios) de nueva potencia eólica. Y WindEurope estima que la UE ejecutará una media anual de veinte gigas (20 GW) a lo largo de los próximos cinco años, guarismo en todo caso muy alejado de lo que la asociación estima será necesario para que la Unión pueda cumplir con los compromisos energético climáticos que se ha fijado para los años 2030 y 2050.
Giles Dickson, director ejecutivo de WindEurope: "la Unión Europea necesita construir 31 GW de turbinas eólicas cada año para alcanzar sus objetivos 2030. Pero los números que estamos registrando nos están diciendo otra cosa. La inversión del año pasado en nuevos parques eólicos solo alcanza para añadir diez gigavatios. Al mismo tiempo los encargos que los promotores están haciendo a los fabricantes de turbinas están cayendo y la Unión Europea solo está fabricando la mitad de la potencia eólica que necesita. La UE necesita recuperar urgentemente la confianza de los inversores y canalizar recursos económicos hacia su cadena de suministro eólico si quiere alcanzar los objetivos que se ha fijado con REPowerEU"
Eólica marina
Según Financing and Investment Trends 2022, casi toda la potencia financiada en los doce meses del año pasado ha correspondido a instalaciones eólicas terrestres. Francia ha sido el único país en el que se ha materializado la financiación de dos pequeños proyectos eólicos marinos flotantes, con un potencia total de sesenta megavatios (60 MW). La eólica marina también ha vivido así un año menos intenso (mucho menos) que los precedentes. De hecho, no se ha producido ni una sola Decisión Final de Inversión (FID) relativa a parques marinos de escala comercial en 2022. Antes al contrario, al menos tres parques eólicos marinos tenían previsto alcanzar en 2022 esa fase (la de toma de Decisión Final de Inversión) y en los tres casos la Decisión ha sido postergada. En ese marco, el hecho de que el desarrollador alemán EnBW haya tomado la FID hace unos días en su proyecto He Dreiht (960 MW, mar del Norte) ha sido calificado por WindEurope como "un rayo de esperanza" (glimmer of hope). He Dreiht es el primer parque eólico marino que alcanza ese statu quo en los últimos quince meses.
Otro dato que ha destacado WindEurope en su informe es el referido al trasiego de proyectos (véase gráfico adyacente). Según Tendencias 2022, el año pasado el sector alcanzó una cifra top (nunca antes vista) de operaciones de compraventa de parques eólicos. Las adquisiciones -concreta la asociación- alcanzaron los 22.000 megavatios, dándose además la circunstancia de que los proyectos adquiridos presentaban por término medio un estado menos maduro que otros años. Ese volumen (22 gigas) ha resultado ser casi un sesenta por ciento superior al registrado en 2018.
WindEurope señala las causas de la baja inversión en 2022
En su análisis de la situación, la asociación eólica europea señala en primer lugar (como causa de la baja inversión registrada en 2022) los elevados costes de los insumos con los que trabaja el sector y las disrupciones de la cadena de suministro que todavía está sufriendo (y cuyas primeras raíces hay que buscarlas en la pandemia de 2020). Según WindEurope, la guerra en Ucrania no ha hecho otra cosa que agravar problemas que ya eran notables antes de febrero del 22 (antes del ataque ruso): el encarecimiento de las materias primas y de los embarques internacionales. Además, a ello se ha añadido la elevada inflación y la subida vertiginosa de los precios de la electricidad durante la crisis energética del año pasado.
Como resultado de todo ello, la fabricación de una turbina eólica en Europa se ha encarecido en más de un 40% en los dos últimos años, según la patronal europea. "Para reflejar este aumento de los costes de los insumos, los Gobiernos -advierten en WindEurope- deben garantizar urgentemente que todas las subastas de energías renovables estén totalmente indexadas" (a esas curvas de subida de los precios).
A pesar de todo -señalan desde WindEurope-, hasta 6.600 megavatios de potencia eólica y solar han sido contratados vía PPA (power purchase agreement, contratos bilaterales directos de compraventa de electricidad de largo plazo y precio determinado). La eólica tiene dos tercios de toda la potencia contratada vía PPAs y el 50% de la potencia contratada concretamente en el año 2022.
Críticas a la acción política de los gobiernos
La asociación critica por otro lado lo que considera "falta de coordinación" entre las medidas de intervención de la UE en los mercados de la electricidad y las intervenciones a escala nacional, que han creado "incertidumbre y han disuadido a los inversores". WindEurope sostiene que (1) la limitación de los beneficios y/o (2) las medidas de devolución de ingresos han impactado las cuentas de los proyectos eólicos. Este incremento del riesgo, unido a los crecientes tipos de interés, habrían disuadido, según WindEurope, a los inversores eólicos en Europa. "Los bancos solo han suministrado 3.700 millones de euros de deuda sin recurso para la construcción de nuevos parques eólicos" (la deuda sin recurso es un tipo de préstamo garantizado por una propiedad, en este caso, sería el parque). Ese guarismo no ha alcanzado en 2022 -concreta WindEurope en su informe- siquiera la cuarta parte del registrado en 2022 y es la cantidad más baja desde 2005.
Por último, la asociación identifica en su informe las "persistentes barreras" administrativas como otro de los motivos por los que el despliegue eólico está ralentizándose en el Viejo Continente. "Los procedimientos administrativos [lo que en jerga se denomina permitting] relativos a los nuevos proyectos eólicos siguen siendo demasiado complejos, lo cual impacta por otro lado en el interés de los inversores en colocar su dinero en proyectos que se encuentren en una fase temprana de desarrollo".
Afortunadamente -reconoce la asociación-, la revisión de la Directiva de Energías Renovables, que se encuentra actualmente en fase de discusión entre el Parlamento y el Consejo, está a punto de implementar medidas críticas dentro de la legislación europea, entre las cuales WindEurope destaca la consideración de proyectos de interés público de que van a gozar los proyectos eólicos, la reducción de plazos en las tramitaciones administrativas y la digitalización de los procesos de autorización.