El viento suministró el año pasado el 15% de la electricidad que demandó Europa, una cuota significativa pero “insuficiente” -según WindEurope- para alcanzar los objetivos que se ha marcado la Unión Europea en su Pacto Verde (que la electricidad de origen eólico suponga el 50% de la aportación al mix continental en el año 2050). El Reino Unido fue la nación que más potencia añadió a su parque de generación nacional: 2.400 MW (tanto terrestres como marinos). España ocupa la segunda posición del escalafón, con 2.300 MW terrestres. Y, por fin, Alemania se coloca en el tercer cajón del podio, con 2.200 megas (terrestres y marinos). Por debajo de los dos gigas, se sitúan Suecia, con 1.600 MW, y Francia, con 1.300 (todos ellos, tanto suecos como franceses, tierra adentro). Ahora mismo hay en Europa 205 gigavatios: 183 en tierra; 22 mar adentro. WindEurope destaca en su Balance la ralentización que ha experimentado en 2019 la locomotora de la Unión Europea, Alemania, que solo ha instalado 1.100 MW en tierra firme en los últimos doce meses, lo que significa que el Ejercicio 2019 ha sido para ese país el peor del siglo (el más modesto desde el año 2000). Además, las perspectivas no son en absoluto buenas. Antes al contrario, los escasísimos proyectos anunciados indican que el año en curso, 2020, no será mucho mejor que 2019. Los malos guarismos registrados en Alemania han sido compensados en una cierta medida por Suecia, que ha registrado más potencia eólica nueva que nunca antes en un año, y, sobre todo, por el regreso de España a los grandes números. Regreso tras una década al ralentí. España ha instalado 1.800 megavatios entre 2011 y 2018 y hasta 2.300 en los doce meses del año pasado (2019). Para encontrar un año mejor que el 19 hay que remontarse toda una década, hasta 2009, cuando el sector puso en marcha en el país 2.460 megas.
La otra gran nación continental, Francia, tampoco ha vivido, como le ha sucedido a Alemania, su mejor año. Según WindEurope, un año meteorológico duro y ciertos retrasos de carácter administrativo han resultado en una ralentización del sector. La asociación es sin embargo optimista en este caso: la industria gala -dice WindEurope- está preparada para acompasar su actividad a la materialización de los objetivos propuestos por el Gobierno francés en su plan de acción de clima y energía.
Más allá de la potencia instalada, el Balance que hace la asociación recoge también otros ítems clave del sector. Uno de ellos se refiere a la inversión. Según WindEurope, en 2019, el sector ha anunciado inversiones por valor de 19.000 millones de euros, que se corresponderían con 11.800 megavatios de nueva capacidad eólica de generación. Además, los concursos y subastas convocados por las diferentes administraciones nacionales se han saldado con la adjudicación de 15.000 megavatios de nueva potencia eólica.
Por otro lado, la asociación contextualiza en su Balance los números clave de 2019. Así, y según los datos que ha recopilado WindEurope, la potencia instalada en 2019 ha sido un 27% mayor que la puesta en marcha en 2018, “pero la tasa de instalaciones -advierten desde la asociación- debe duplicarse para alcanzar los objetivos establecidos en el Pacto Verde”.
Giles Dickson, presidente ejecutivo de WindEurope: “la neutralidad climática y el Pacto Verde exigen que Europa instale cada año más del doble de lo que ha instalado en 2019. Y el crecimiento debe producirse tanto en tierra firme como mar adentro. Ello va a requerir un nuevo enfoque en lo que se refiere a la planificación, los procedimientos y las inversiones en redes eléctricas, que deben ser constantes. Los planes nacionales de energía y clima para 2030 son además cruciales aquí. La Unión Europea debe asegurarse de que sean ambiciosos y estén rigurosamente implementados"
En 2019, el sector ha desconectado 178 megavatios eólicos en Europa (muy pocos, en comparación con los 451 de 2018). Casi todas las bajas se han producido tierra adentro (solo cuatro megas marinos han sido desmontados en esos doce meses). Han liderado el escalafón de la desconexión Alemania (97 megas), Austria (32), Dinamarca (32), el Reino Unido (17) y Francia (0,2). De los 11.700 megavatios de nueva potencia eólica terrestre instalados en 2019, solo 185 han sido repotenciaciones. Concretamente, proyectos que habían sido desconectados en 2018 y 2019. La mayoría de las repotenciaciones ha tenido lugar en Alemania, pero también las ha habido en Austria, Grecia y el Reino Unido.
El tamaño y el tipo de aerogenerador instalado en Europa ha variado significativamente de un país a otro, según WindEurope. Finlandia es el país en el que el tamaño medio de las máquinas terrestres ha sido mayor (4,3 megavatios). En las antípodas, Grecia ha sido la nación en la que los aerogeneradores instalados han sido más pequeños: media de 2,3 megas. Mar adentro las potencias se elevan: media de 7,2 megavatios, frente a los 6,8 de 2018. Dos pequeños países pueden presumir de grandes números: Portugal y Bélgica, donde la media (de potencia de los aerogeneradores marinos) alcanza los 8,4 megavatios. La culpa la tiene el modelo V164-8.4 MW del fabricante eurasiático MHI Vestas Offshore Wind, que tiene efectivamente 8,4 megavatios de potencia y un diámetro de rotor que alcanza los 164 metros de longitud. Máquinas de este modelo han sido instaladas en Deutsche Bucht (Alemania) y Norther (Bélgica). Este aerogenerador también ha sido usado en Portugal. Allí ha sido instalado sobre una plataforma flotante: Windfloat Atlantic. Además, el Viejo Continente ha sido testigo, en Róterdam, de la instalación del mayor aerogenerador del mundo: Haliade X, de General Electric: doce megavatios (12 MW). La primera unidad de este aero ha sido instalada efectivamente en el puerto de Róterdam en 2019 para su prueba, y su comercialización se espera para 2021.
Hitos nacionales
Reino Unido ha sido el país en el que más potencia eólica ha sido instalada en 2019: 2.400 megavatios, el 74% de ellos, mar adentro. España ha sido el país en el que los agentes han tomado más decisiones finales de inversión durante 2019, decisiones por valor de 2.800 millones de euros (referidas en todos los casos a parques terrestres). Francia ha sido la nación más activa en materia de inversión en el segmento de eólica marina: 2.400 millones de euros en el parque marino de Saint-Nazaire. En el otro plato de la balanza, Alemania ha tocado suelo: mínimo histórico de 300 millones de euros de inversión (180 megavatios terrestres). Dinamarca ha sido el país con mayor cuota de electricidad de origen eólico. En 2019 satisfizo el 48% de su demanda con energía generada con el viento. A continuación se han situado Irlanda (33%); Portugal (27%), Alemania (26%) y Reino Unido (22%).