Alemania ha sido la nación que más potencia ha instalado en tierra firme. 1.600 megavatios de los 3.300 que han sido instalados sobre el suelo europeo en estos seis primeros meses del año se encuentran en territorio alemán (o sea, casi la mitad de toda la potencia). La otra mitad se la han repartido entre una veintena de naciones. Tras la locomotora económica de la Unión Europea, en segundo lugar, se sitúa Francia, que ha añadido a su parque eólico nacional 605 megavatios en este primer semestre del año. Dinamarca ocupa el tercer puesto del escalafón, con 202 megas, y, a continuación, se suceden tres países que superan el listón de los cien megavatios instalados: Turquía (141); Italia (125); y Bélgica (106). España ha sumado 47 MW en este semestre. La nueva potencia añadida a escala continental es la prevista, según WindEurope. Mar adentro los protagonistas son otros. El Reino Unido es líder indiscutible, con 911 megavatios marinos conectados en estos seis primeros meses. A continuación vienen Bélgica (175 MW) y Dinamarca (28). Alemania -informa WindEurope- está lista para instalar potencia en el mar en esta segunda mitad del año.
Previsiones 2018
La asociación de la industria eólica europea ya ha anunciado sus Previsiones 2018. Según WindEurope, el Viejo Continente añadirá durante los doce meses del corriente hasta 3.300 megavatios de nueva potencia mar adentro y 10.200 en tierra firme, es decir, que Europa sumará a su parque eólico continental un total de 13.500 megavatios durante el año 2018. La lectura que hace de esas cifras el jefe de Políticas de la asociación, Pierre Tardieu, presenta luces y sombras: "estamos en ruta hacia un año sólido en cuanto a nuevas instalaciones -reconoce Tardieu-, pero el crecimiento solo se está produciendo en unos pocos países, lo cual es preocupante".
Tardieu alude a problemas de la Administración francesa en el lanzamiento de su último concurso, problemas administrativos -denuncia- que se han traducido en incertidumbre en la cadena de suministro. El sector también manifiesta sus dudas sobre la situación en Alemania, donde los compromisos eólicos (4.000 MW) asumidos por la nueva coalición gubernamental de cara al bienio 2019-2020 no acaban de sustanciarse (no hay calendario para la subasta). Además, WindEurope se queja de la falta de visibilidad más allá de ese año hito, el año 2020: "el nuevo Gobierno alemán -lamenta Tardieu- no acaba de confirmar los volúmenes que sacará a subasta a partir de ese año". En lo que a eso se refiere, el responsable de Políticas de WindEurope recuerda que, conforme a la nueva Directiva Europea, todos los Estados miembros están obligados a darle visibilidad -a cinco años vista- a sus calendarios de subastas y a los volúmenes (cantidad de potencia) que sacarán a concurso.
"La visibilidad -apunta el jefe de Política de WindEurope- es clave para la cadena de suministro y para el mantenimiento de los puestos de trabajo y su crecimiento en Europa. Las inversiones industriales, en formación y en I+D -ha añadido Tardieu- solo se ejecutan cuando los gobiernos proporcionan a la cadena de suministro visibilidad a largo plazo. La visibilidad ayuda al sector a tomar esas decisiones de inversión y a bajar los costes". La voluntad política de los gobiernos europeos en lo que a eso se refiere -la visibilidad- "será clave -sostiene Tardieu- para permitir a Europa alcanzar su objetivo del 32% de cuota renovable en 2030 a un coste competitivo".
El responsable de Política de WindEurope también ha manifestado su preocupación por el segmento marino. Tardieu se felicita por el vigor de la eólica marina en el Reino Unido, pero lamenta que la dependencia que de esa nación tiene el sector, que ha ralentizado su penetración incluso en Alemania y sigue siendo débil en muchos países, a los que apela para que refuercen y aceleren sus planes offshore.