El beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones (Ebitda) de Iberdrola ascendió a 13.230 millones de euros, un 10% más en la misma base de comparación, según la cuenta de resultados presentada por la multinacional esta semana. Esta cifra supera en más de 300 millones las previsiones que había hecho la compañía.
El aumento del beneficio se debe al crecimiento que ha tenido en países como Estados Unidos y Brasil, compensando un comportamiento negativo en Europa, y al crecimiento de sus inversiones (el 90% destinado a redes y renovables), que aumentaron un 13% respecto al ejercicio anterior, hasta alcanzar los 10.730 millones. El 20% de estas inversiones tuvo como escenario países latinoamericanos y otro 25% Estados Unidos. En España, la compañía invirtió en torno a los 3.000 millones de euros.
Por su parte, la base de activos de redes se incrementó en un 19% respecto al mismo periodo del año anterior, alcanzando los 39.200 millones de euros. Dicha base de activos se encuentra repartida entre EEUU, con un 31% del total; Reino Unido y España, con un 24% cada uno; y Brasil, con el 21%.
"En un entorno muy desafiante, la diversificación geográfica de Iberdrola devolvió un crecimiento estable. El impacto de la crisis energética en la Unión Europea (UE) fue más que compensado por el buen comportamiento del resto de mercados, principalmente Estados Unidos y Brasil", afirmó el presidente de la compañía, Ignacio Galán, en la presentación de resultados.
La compañía prevé invertir 11.000 millones de euros en 2023, lo que le permitirá incrementar su capacidad instalada renovable (40.000 MW actualmente) en 3.000 MW y seguir aumentando su base de activos de redes, que ya supera los 39.000 millones de euros.
En base a estos buenos resultados, Iberdrola ha anunciado que propondrá a la próxima junta general de accionistas una retribución complementaria de 0,31 euros por acción, lo que supone una retribución total de 0,49 euros brutos por acción para 2022.