Solo China, Estados Unidos, India y Alemania tienen más potencia eólica instalada que España. Castilla y León, por ejemplo, tiene más megavatios de viento produciendo hoy electricidad que naciones enteras, como Irlanda, Austria, Bélgica u Holanda. Aragón, que ha sido la comunidad que más actividad eólica ha desarrollado en 2020, suma más megas en operación que Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia juntas. España es la quinta potencia eólica del mundo; y la cuarta nación que más potencia instaló el año pasado; y la tercera del mundo que más aerogeneradores exporta, solo por detrás de Alemania y Dinamarca. Todos esos datos y muchos más contiene el Anuario Eólico 2021, el mejor retrato de la eólica made in Spain publicado a fecha de hoy, el retrato total del sector.
La Asociación Empresarial Eólica (AEE) recorre a lo largo de las 134 páginas de su Anuario 2021 toda la geografía nacional del viento: potencia acumulada por comunidades, potencia instalada durante el último curso (2020), aportación del sector al PIB nacional (casi 4.000 millones de euros), exportaciones registradas a lo largo del año del Covid (2.000 millones) "y casi 600 millones de euros pagados en impuestos y tributos". Según el Anuario, el sector emplea actualmente a unas 30.000 personas (empleo directo e indirecto) y sus megavatios hora (la electricidad que generan los más de 21.000 aerogeneradores que hay ahora mismo en el país) evitan 29 millones de toneladas de CO2 al año. El viento produjo en 2020 casi el 22% de la electricidad que demandó el país. O sea, que uno de cada cinco kilovatios no hubo que importarlo en forma de gas o uranio, pues ya vino solo, en forma de cierzo, tramontana, levante o galerna.
Eso sí -matizan desde AEE-, aunque en 2020 se han instalado aquí 1.720 megavatios eólicos y esa cifra constituye en sí misma "un buen indicador para el sector", lo cierto es que, si España quiere cumplir con los objetivos que se ha fijado en su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (50.333 megavatios instalados a 31 de diciembre de 2030), España tendrá que pisar el acelerador, porque para cuadrar esa cifra en ese horizonte AEE calcula que hará falta instalar una media anual de 2.200 megas de potencia durante toda la década (a 31 de diciembre de 2020, la potencia eólica total instalada en España era de 27.446 megavatios, MW).
El Anuario Eólico 2021 en fin (1) radiografía el sector (los números de la potencia instalada y acumulada, los euros de las importaciones y la aportación al producto interior bruto, la I+D+i, la eólica marina...) y (2) aporta su "análisis de la situación actual de la eólica en España y en el mundo".
Los números
En España hay 1.265 parques eólicos presentes en 1.037 municipios, con 21.419 aerogeneradores instalados. Asimismo, hay 237 centros de fabricación en dieciséis de las diecisiete comunidades autónomas. En 2020, se generaron 53.645 gigavatios hora eólicos, un 1,2% más que en 2019. Además, la eólica funcionó una media de 2.042 horas equivalentes anuales (un año tiene 8.760 horas) y ha cubierto el 21,9% de la generación total a nivel nacional en 2020.
Las comunidades autónomas con mayor potencia eólica instalada son Castilla y León (6.300 MW), Aragón (4.159 MW) y Castilla La Mancha (3.886 MW). En 2020, la comunidad autónoma de Castilla y León ha sido la que más electricidad ha generado con el viento, seguida de Galicia y Aragón.
En cuanto al escalafón de generación eólica por provincias, Zaragoza ha alcanzado en 2020 la primera posición, y ha sido la primera provincia en la historia que sobrepasa los cinco teravatios hora (5 TWh) de generación eólica.
Hay 47 provincias españolas con generación eólica, de las que 20 producen más de 1 TWh (con esta cantidad se cubre el consumo de 285.000 hogares).
El efecto reductor de la eólica en la factura
Según refleja en su Anuario la Asociación Empresarial Eólica, "para un consumidor medio con Tarifa AT1 y un consumo de 1.500 megavatios hora anuales, el ahorro a lo largo de 2020 ha sido de 7.886 euros (descontados los incentivos a la eólica incluidos en su factura eléctrica)". Es decir -continúa AEE-, si no se hubiesen puesto en marcha los 27.446 megavatios eólicos hoy existentes, la electricidad le habría costado 7.886 € más al año. En total -concluye aquí la Asociación-, la eólica generó un ahorro neto (una vez descontados los incentivos) a los consumidores eléctricos de 71 millones de euros.
Y el resto del mundo
En 2020, la potencia eólica instalada acumulada en todo el mundo alcanzó los 743 gigavatios (743.000 megavatios), con un incremento de la potencia eólica mundial de 93 gigas (GW) en el año. China, Estados Unidos, Brasil, Alemania y Noruega han sido los países que destacan por potencia instalada en 2020. España está en cuarto lugar en el escalafón de países por potencia instalada en 2020.
AEE destaca singularmente en su análisis un aspecto: "los precios logrados por la energía eólica en las subastas en todo el mundo siguen sorprendiendo; en lugares tan diversos como India, Brasil o Arabia Saudí, el kilovatio hora ronda los 0,03 dólares; en Holanda, se han celebrado subastas de eólica marina sin incentivos, con ofertas por más de 1 GW de nueva capacidad que no recibirán más que el precio mayorista de la electricidad".
En Europa, en 2020 la potencia total instalada fue de 14,7 GW (14.700 megavatios). La nueva potencia ha estado liderada por Países Bajos, Alemania, Noruega y España. Por su parte, España continúa siendo el segundo país europeo y el quinto mundial con más potencia instalada acumulada. De esos 14,7 GW de nueva potencia en 2020, casi tres (2,9) han sido erigidos mar adentro, en aguas europeas. Con esta nueva potencia, la capacidad total instalada de eólica marina en el continente asciende a 25 GW.
En total, la Unión Europea cuenta con 220 GW eólicos (terrestres y marinos, onshore y offshore). Con los 458 teravatios hora generados con toda esa potencia -apuntan desde AEE-, se habría cubierto la demanda de 74 millones de hogares de la Unión Europea (o el consumo de 170 millones de europeos). Además, la Asociación estima que toda la generación eólica ha evitado la emisión de 271 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, y la importación de combustibles fósiles por valor de más de 16.000 millones de euros.
