El viento ha registrado números de récord en España en el año 2013. Hasta el punto de que, según los datos difundidos esta semana por la Asociación Empresarial Eólica (AEE), se ha convertido -en estos once meses del curso que nos lleva- en la segunda fuente de electricidad más importante del mix nacional, solo por detrás de la nuclear, que, aparte de kilovatios instantáneamente fungibles, nos ha legado este año otro puñado de residuos milenarios. Por lo demás, y según el informe “Análisis del potencial de creación de valor de las políticas de energía eólica”, de Ernst & Young, la aportación de la eólica española al PIB es de 56,3 euros por MWh generado. La eólica -dice el informe, que es de ámbito europeo y está fechado en 2012- crea 15,3 empleos al año por cada millón de euros invertido y representa unos ingresos fiscales de 33,4 céntimos por euro invertido. En los tres casos -dice la AEE-, las cifras superan en más del doble las de otras tecnologías que no son autóctonas.