Según AEE “en primer lugar, la principal reivindicación del sector no es ‘más primas’ sino estabilidad y certidumbre acompañadas de una retribución suficiente para el desarrollo del sector en España y evitar la deslocalización; segundo, el coste de las primas a la eólica, acordado entre Industria y el sector, está contabilizado y asumido en el Plan de Energías Renovables que este mismo Gobierno aprobó en agosto de 2005; tercero; no es cierto que la retribución de la eólica sea la más alta de Europa, hay al menos siete países con una retribución superior; y cuarto, no es cierto que la eólica encarezca la tarifa eléctrica ya que el importe de las primas que percibe la generación eólica es inferior al importe de la reducción del precio del mercado que genera su presencia en el mismo.
Para AEE, en la modificación del RD 436/2004 el Ministerio de Industria parte de datos erróneos. “El primero, no reconocer el carácter coyuntural de los altos precios del mercado de los últimos meses de 2005 y principios de 2006 y calcular la rentabilidad de proyectos a 20 años por los precios excepcionales de unos meses”.
La clave es la estabilidad
AEE acepta la reducción de las primas. “Pero sí es importante recordar que el nivel retributivo determinará el grado de desarrollo futuro de la energía eólica en España para evitar la posible deslocalización”. Para AEE “hoy lo esencial es no dejar la puerta abierta a cambios de los parámetros retributivos a mitad de camino como lo hace la actual redacción del decreto. El carácter estable del plazo de veinte años que propone el nuevo real decreto para la asignación de las retribuciones es una ficción si las modificaciones de las primas tienen carácter retroactivo como contradictoriamente se regula ahora”. Por último, AEE recuerda que la irretroactividad de las primas no tiene ningún coste.
El sector eólico también destaca que “el coste de las primas a la producción de energía eólica no es algo nuevo que haya sorprendido al Gobierno y que ahora tenga que corregir. Ese importe estaba perfectamente estipulado en el Plan de Energías Renovables 2005-2010 aprobado en Consejo de Ministros de este mismo Gobierno en agosto de 2005, plan que preveía la ampliación del marco retributivo del RD 436/2004 a los nuevos objetivos de 20.155 MW eólicos para 2010”.
El propio sector propuso en noviembre de 2006 una disminución de la prima a partir de un determinado precio y prescindir de la misma cuando el precio del mercado por si sólo supusiera una retribución razonable. La aplicación de la propuesta del sector hubiera supuesto en 2006 un ahorro de 180 millones de euros.
No es la retribución más alta de Europa
Tampoco ha gustado la afirmación del ministro de Industria de que la retribución de la eólica en España es la más alta de Europa. La AEE aporta el siguiente gráfico, con datos de la Comisión Europa, en el que figuran en los puntos rojos los niveles de retribución en €/ MWh y en las barras azules la potencia instalada en cada país en 2006. Puede verse que hasta siete países tienen una retribución más alta que la de España. La Comisión Europea señaló en 2004 que el sistema español es el “más eficaz y eficiente”. Otro aspecto polémico es el del encarecimiento de la tarifa. El Ministro de Industria dijo que la eólica encarece la tarifa “cuando lo cierto es que la producción de los parques eólicos reduce el precio medio del mercado en torno a un 6% pues al ofertar a cero deja fuera las tecnologías más caras –aseguran en AEE–. Si no existiera el actual parque eólico el coste del sistema eléctrico aumentaría en un importe superior al que suponen las primas. Durante 2006 el efecto de reducción del precio fue de cerca de 1.500 millones de euros mientras que el importe de las primas no llegó a los 900 millones de euros”.
“Además desde el Gobierno se debería valorar otros retornos positivos de la eólica como: evita la emisión de 16 millones de toneladas de CO2 (un ahorro en derechos de emisión y un beneficio para el medio ambiente); evita también la importación de combustibles fósiles por valor de 1.060 millones de euros; ahorra el coste de las externalidades ambientales de las tecnologías convencionales; crea más empleo que dichas tecnologías; en definitiva, tiene unas repercusiones positivas tanto para el sistema eléctrico como para la economía nacional”.
Más información:
www.aeeolica.org
