El parque planteado por Iberdrola tenía originalmente 94 megavatios (dos máquinas de cinco megas y catorce de seis), pero la Declaración de Impacto Ambiental obliga a eliminar seis máquinas. El proyecto, así, queda reducido a diez aerogeneradores, a los que hay que añadir una línea de interconexión subterránea, que conducirá la energía producida hasta una nueva SubEstación de Transformación (SET) y, a partir de ella, una Línea Aérea de Alta Tensión, de 20 kilómetros de longitud y 58 apoyos, de entre 20 y 60 metros del tipo metálico de celosía, hasta una SubeStación de Medida (SSM). Una línea subterránea de 460 metros de longitud conectará la SSM con la SET Villalbilla, propiedad de REE. Todas las instalaciones se ubican en los términos municipales de Iglesias, Hontanas, Tamarón, Los Balbases, Estépar, Rabé de las Calzadas, Tardajos, San Mamés de Burgos y Villalbilla de Burgos (Burgos).
Con una inversión aproximada de 72 millones de euros, la construcción de este parque eólico -informa la compañía- contará con un importante componente local, ya que empleará empresas de obra civil, como la burgalesa Copsa, mano de obra, transportistas, suministradores de materias primas (áridos, hormigón, acero, prefabricados, etc.), grúas, medios auxiliares, etc., así como la promoción de proveedores industriales. Se prevé que en períodos punta de trabajo se vinculen al proyecto hasta 260 profesionales. También tendrá una visión autonómica, las nacelles se ensamblarán en la planta de Siemens Gamesa en Ágreda (Soria) y las multiplicadoras de los aerogeneradores, de 6 MW y 170 metros de rotor, se fabricarán en Lerma (Burgos). Asimismo, distintos proveedores regionales y nacionales se encargarán de producir diferentes componentes, como las torres de los aerogeneradores en Avilés y Linares.
Iberdrola estima que el parque de Iglesias generará energía limpia suficiente como para abastecer a más de 66.000 hogares al año y evitará la emisión a la atmósfera de 32.000 toneladas de CO2 anuales.