El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera. Este fenómeno tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), por primera vez en siete años, en el Pacífico tropical imperan condiciones características de El Niño, que pueden propiciar que se incrementen las temperaturas mundiales y se generen unos patrones meteorológicos y climáticos perjudiciales. Según los pronósticos del boletín “El Niño/la Niña hoy” más reciente de la OMM, existe una probabilidad del 90% de que las condiciones de El Niño sigan prevaleciendo durante el segundo semestre de 2023.
El Niño ocurre en promedio entre cada dos y siete años, y sus episodios suelen durar de nueve a doce meses. Se trata de un patrón climático natural asociado al calentamiento de las aguas de la superficie oceánica en las partes central y oriental del océano Pacífico tropical, si bien se produce -explica la OMM- en unas circunstancias de cambio climático antropógeno.
El Niño suele asociarse a un aumento de las precipitaciones en algunas zonas del sur de Sudamérica, el sur de Estados Unidos, el Cuerno de África y Asia central. Por el contrario, este fenómeno también puede provocar graves sequías en Australia, Indonesia, partes del sur de Asia, Centroamérica y el norte de Sudamérica.
Durante el verano boreal, las aguas cálidas de El Niño pueden alimentar los huracanes en el centro/este del Océano Pacífico, mientras que podrían dificultar la formación de huracanes en la cuenca atlántica. En general, el fenómeno tiene el efecto contrario al de La Niña reciente, que finalizó a comienzos de este año.
En previsión de que se repitiera un episodio de El Niño, un informe de la OMM publicado en mayo ya predijo que había un 98% de probabilidades de que al menos uno de los próximos cinco años y el quinquenio en su conjunto fueran los más cálidos jamás registrados, superando así el récord alcanzado en 2016, cuando se produjo un episodio excepcionalmente intenso.
En el informe, de cuya elaboración se había encargado la Oficina Meteorológica del Reino Unido junto con asociados de todo el mundo, se afirmaba asimismo que existía un 66 % de probabilidades de que la temperatura media anual del planeta cerca de la superficie entre 2023 y 2027 superara temporalmente en 1,5 °C los niveles preindustriales durante al menos un año.
La temperatura media mundial en 2022 superó en aproximadamente 1,15 °C la media del período 1850-1900 debido al enfriamiento producido por el episodio triple de La Niña.
Pues bien, en ese marco se inscribe ahora la publicación del informe Natural Catastrophe Review, análisis que señala los "riesgos climáticos" a los que considera hay que hacer un seguimiento y que explora las "razones" por las que esas catástrofes naturales se convirtieron en graves desastres naturales, "yendo más allá de la propia gravedad del suceso e incorporando perspectivas sobre la exposición y vulnerabilidad de las regiones afectadas". Asimismo, Natural Catastrophe Review profundiza en la ciencia que subyace a esos sucesos y ofrece ideas sobre lo que hay que vigilar en el segundo semestre del año.
Entre las muchas conclusiones alcanzadas en el marco de este estudio, WTW destaca "lo peculiar que ha sido el primer semestre de 2023, con cinco tormentas de categoría cinco en los cinco primeros meses". Los autores del informe prevén que "la combinación de El Niño con el excepcional calor que se está dando en el Atlántico tenga un impacto significativo en los patrones climáticos y las temperaturas de todo el planeta este año". Más concretamente -señalan-, "el fenómeno climatológico conocido como El Niño podría provocar sequía eólica en Norteamérica". El fenómeno de El Niño -dice el informe- hace que los vientos a nivel del suelo se debiliten en grandes extensiones de Canadá y el norte de los Estados Unidos, a veces durante meses, en lo que WTW denomina "sequía eólica".
Helene Galy, directora gerente de la WTW Research Network: "nuestros vínculos directos y estrecha colaboración con la comunidad científica a través de la red de investigación de WTW nos permiten ofrecer una visión profunda de las principales catástrofes naturales y de las lecciones aprendidas de ellas. A la hora de cuantificar el riesgo de catástrofes naturales es crucial incorporar un exhaustivo análisis científico a nuestros modelos. Como estamos viendo con los actuales incendios forestales y fenómenos meteorológicos extremos en Europa, China y Norteamérica, el impacto empresarial de estas catástrofes hace crucial que los gestores de riesgos comprendan sus posibles consecuencias, así como lo aprendido de sucesos anteriores y el valor y los límites de la previsión estacional. Creemos que nuestra última revisión científica semestral puede ayudar a nuestros clientes y al mercado a comprender y mitigar los riesgos de las catástrofes naturales"
Las principales conclusiones del análisis son
• A medida que avanza el calentamiento global, proliferan catástrofes naturales como los incendios forestales de Canadá, fenómenos sin precedentes que comenzaron en mayo y han destruido más de once millones de hectáreas hasta la fecha (superficie mayor que la de Andalucía entera).
• La acción del hombre, especialmente por lo que respecta a la explotación y uso del suelo, suele agravar los efectos de las catástrofes naturales, como hemos visto este año con las inundaciones de Nueva Zelanda e Italia y los incendios forestales de Chile.
• Es necesario concienciar sobre los cambios socioeconómicos repentinos que el cambio climático gradual provoca, entre ellos, el desplome de los precios en el sector inmobiliario.
• Durante un fenómeno de El Niño, la atmósfera absorbe más calor y el océano menos, por lo que dos o tres meses después de su inicio la temperatura de la superficie del planeta aumenta.
• Durante tres años consecutivos, el océano Pacífico se ha estancado en su configuración de La Niña. Si vira hacia El Niño, hasta ahora centrado en el Atlántico, las empresas deberán prepararse para temperaturas récord, condiciones meteorológicas inusuales y un crecimiento económico más lento.
El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera. Este fenómeno tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo.
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