El incremento en el uso de la energía eólica en Europa y, en particular, en España en la última década, ha supuesto un avance en la transición energética que ha impulsado la mitigación de los efectos del cambio climático de origen antropogénico. Sin embargo, los expertos de la UMH recuerdan que esta energía renovable no está exenta de riesgos para la fauna ya que, por ejemplo, supone una importante causa de mortalidad para las grandes aves planeadoras que sufren una alta mortalidad por colisión con las aspas de los aerogeneradores, como los buitres.
Buitres y molinos
Una de las especies más sensibles es el buitre leonado, animales que a pesar de su aspecto siniestro son unos auténticos "agentes ambientales" o "gestores de residuos" de los ecosistemas que utilizan las corrientes térmicas para sus desplazamientos. Estos animales están adaptados a planear grandes distancias pero, cuando se encuentran un obstáculo, su capacidad de maniobra es muy reducida. Por este motivo, si durante su vuelo se encuentran ante una zona con aerogeneradores, estas aves tienen una alta probabilidad de no poder esquivarlos y que acaben chocando con ellos.
De hecho, los investigadores aseguran que sólo en las dos últimas décadas se han registrado más de 9.000 buitres leonados muertos en parques eólicos. Por ello, localizar cuales son las áreas más utilizadas por esta especie permitiría determinar qué áreas deberían ser evitadas para la implantación de esta energía renovable y permitiría compatibilizar la expansión de la energía limpia y la conservación de estas especies.
La tecnología GPS, junto con la monitorización de la mortalidad a pie de turbina, han permitido a José Antonio Sánchez Zapata y Juan Manuel Pérez García -los investigadores de la UMH que han liderado el estudio- mapear y evaluar por primera vez el riesgo de colisión con aerogeneradores para los buitres leonados en España. Para ello, el equipo ha recopilado datos relativos a los movimientos de un grupo de 177 buitres leonados adultos y juveniles, e información de la mortalidad procedente del 80% de los parques instalados en España. Aunque para llevar a cabo la tarea, han contado con la colaboración de la Estación Biológica de Doñana, el Museo Nacional de Ciencias Naturales, el Instituto Pirenaico de Ecología, la Universidad de Granada y la Universidad Pablo Olavide de Sevilla.
Jon Morant, investigador postdoctoral de la UMH: "es llamativo que el riesgo de colisión actual es mayor en aquellas zonas donde ya hay instalado un gran número de turbinas eólicas, probablemente por la coincidencia de áreas altamente usadas por los buitres y las zonas con alta disponibilidad de viento. También se han encontrado zonas en las que se prevé un importante desarrollo eólico y que ponen en riesgo a los ejemplares juveniles de esta especie".
Mapear el riesgo de colisión
El estudio, publicado en la revista Environmental Impact Assesment Review, demuestra que factores como la disponibilidad de alimento aumentan el riesgo de colisión, mientras que causas como la presencia de otros buitres y la distancia a las zonas de nidificación disminuyeron dicho riesgo. Los investigadores han confirmado que las zonas con mayor riesgo de colisión obtenidas en los modelos predictivos coincidían con aquellas que mostraban una mayor mortalidad en el campo, confirmando que el modelo era válido para predecir la mortalidad futura.
En términos aplicados, el estudio determinó que el 19% del área peninsular española presenta un alto riesgo de colisión para buitres leonados adultos, mientras que para las aves jóvenes el área de riesgo es aproximadamente la mitad. En el estudio, también, se destaca que un 18% de la población reproductora de buitres leonados se encuentra en áreas de alto riesgo de colisión, lo cual, a la vista de los resultados, entraña un alto riesgo para la supervivencia de la población de esta especie actualmente abundante -especialmente en España, que acoge a la mayor población de buitres de Europa- pero, no obstante, expuesta también a un gran número de otras amenazas como son los venenos y las colisiones con tendidos eléctricos.
Los investigadores insisten en la utilidad de cartografiar del riesgo de colisión y cruzar los resultados con los datos reales de mortalidad. Además, subrayan la necesidad de planificar espacialmente el desarrollo de la energía eólica, mediante la selección de áreas que entrañen un bajo riesgo para esta y otras especies vulnerables, así como buscar alternativas más seguras para la biodiversidad de una forma que permita reconciliar la conservación de la fauna con el desarrollo de las energías renovables.
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