El parque Kincardine se ubicará a 15 km mar adentro al sudeste de Aberdeen y contará con 6 turbinas Vestas, una de 2 MW y cinco de 9,5 MW, instaladas en estructuras flotantes semisumergibles diseñadas por la compañía Principle Power, y situadas en aguas con profundidades que oscilan entre los 60 y 80 metros. Se espera que el proyecto esté en pleno funcionamiento en el cuarto trimestre de 2020.
Cobra encargó a Natixis el proceso de certificación, compañía que ha actuado también como uno de los principales mandated lead arrangers, aseguradores y colocadores de la transacción, que se cerró el 12 de junio pasado.
La financiación de este macro proyecto ha obtenido la etiqueta ‘Certificado de Bonos Climáticos’ otorgada por la Iniciativa de Bonos Climáticos (CBI). Vigeo Eiris ha ejecutado el mandato de verificación de los criterios de energía renovable de generación marina. Estos criterios aseguran que el préstamo certificado es consistente con el límite de calentamiento de un máximo de 2ºC del Acuerdo de París. Cobra informará periódicamente sobre la adhesión del proyecto a los indicadores clave de rendimiento (KPIs) definidos de conformidad con las directrices del CBI.
De acuerdo con Sean Kidney, CEO de Climate Bonds Initiative, "esta es la primera Certificación de Bonos Climáticos de un proyecto eólico flotante en alta mar, por lo que hay que felicitar tanto a Cobra como a Natixis por su innovación y liderazgo. Es una transacción a escala mundial que constituye un claro indicador del enorme potencial de inversión que existe en el sector de la energía eólica flotante".
Cobra, socio mayoritario
Bonos Climáticos es una organización sin ánimo de lucro centrada en los inversores que promueve la inversión a gran escala en la economía de baja emisión de carbono. Vigeo Eiris, que fue adquirido por Moody´s en 2019, es uno de los líderes mundiales en evaluaciones, datos, investigaciones, y análisis de impacto social y ambiental. La multinacional francesa Natixis es flilial de Grupos BPCE y presta servicios financieros en gestión de activos y patrimonios, banca corporativa y de inversión, seguros y pagos.
La propiedad mayoritaria de Kincardine Offshore Windfarm es de la empresa española Cobra, que con este proyecto quiere mostrar la viabilidad comercial de los parques marinos flotantes. En su desarrollo también participa la ingeniería española Sener.
Kincardine goza de una tarifa garantizada de 3,5 ROCs (Renewable Obligation Certificates), equivalentes a 190 euros por MW hora (enero 2019), unos certificados que han sido creados como herramienta para primar el lanzamiento de una tecnología que aún debe mostrar su rendimiento, pero que está llamada a mejorar en costes la producción eólica marina convencional.