La eólica británica va contra corriente. Contra corriente porque las cifras del paro (en todos los sectores) también han crecido en Reino Unido (como en España) desde que se desatara la crisis. Concretamente, un 3,4% desde 2007. ¿La diferencia? Pues que, mientras en España la eólica pierde empleo, en Reino Unido no cesa de crearlo. Según la patronal británica, de los 10.800 empleos directos y de jornada completa que registra el sector en la actualidad, el 56% están vinculados con la implantación de proyectos mayores (con aerogeneradores de más de 100 kW), mientras que un 29% trabaja en el creciente sector marino. Entre un siete y un ocho por ciento trabaja en el segmento de los pequeños aerogeneradores, cifra similar a la referida al empleo que ha generado el sector de la energía mareomotriz y de las olas.
Asimismo, el informe de RenewableUK identifica casi 9.200 empleos en el conjunto del sector eólico de gran escala. La cifra contrasta con los 4.800 puestos de trabajo registrados en 2007. Los datos de empleo van paralelos al incremento de la penetración eólica en el país más ventoso de Europa. En el tercer trimestre de 2010, las renovables contribuían con un 8,6% al mix eléctrico (la mitad de esa cuota, eólica). Aunque queda lejos del 35% conseguido en España en 2010 (un 16% de la eólica), la marca británica cuadruplica la cifra registrada solo dos años atrás, cuando se situaba en un 2%.
"Este sector ha resistido el crecimiento negativo del PIB y la recesión de Reino Unido y ha invertido la tendencia de paro de manera espectacular, duplicando casi el volumen de empleo", según Maria McCaffery, máxima responsable de RenewableUK. Según McCaffery, "se hace evidente ya que la apuesta proactiva por reducir las emisiones de CO2, junto con la diversificación de nuestra base energética, conllevará una bonanza doble: de energía limpia y de crecimiento económico". Mientras tanto, las principales corporaciones eólicas españolas, tales como Gamesa e Iberdrola, están reduciendo sus inversiones en el sector español –estrangulado tanto por el Real Decreto 06/2009 como por el vacío regulatorio tras el vencimiento del actual marco a finales de 2012– a la vez que se implantan en el Reino Unido, sobre todo, con vistas a acaparar una parte importante del segmento marino.
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