El estudio repasa las claves (domésticas) de la energía eólica. Así, explica que España es la quinta potencia eólica del mundo, con una capacidad instalada de 23.074 megavatios (MW) a finales 2016. Ese parque generador ha permitido que la energía eólica represente -explica el informe- una media del 18,7% de la producción total de electricidad en el mercado español entre los años 2014 y 2016. Casi la mitad de la energía renovable en España proviene de la energía eólica terrestre. Seis empresas concentran dos tercios de los parques eólicos del país, con Iberdrola, Acciona Energia y la multinacional portuguesa EDPR controlando un 50%. Por el contrario, el suministro de turbinas eólicas -dice el informe- está encabezado por Siemens Gamesa.
Subastas
Con respecto a las dos subastas convocadas por el Gobierno Rajoy a lo largo del último año y medio, el BBVA Research señala que las empresas nacionales de propiedad privada obtuvieron más de un 60% del total de la potencia subastada (se subastaron 3.500 megavatios). Además, toda la potencia adjudicada tuvo incentivo cero, o sea, que no se beneficiará de ningún tipo de ayuda o prima. La inversión media -estima el informe- es de 1,25 millones de dólares por megavatio, y se materializará "mediante financiación de proyectos (alrededor del 60%), fondos propios y fondos del Banco Europeo de Inversiones".
Los objetivos no se alcanzarán
Los objetivos oficiales establecidos en el Plan 2011-2020 eran de 35.000 megavatios terrestres y 3.000 megavatios marinos antes de 2020; "sin embargo -sostiene rotundo el informe del BBVA-, no se alcanzarán". En todo caso -matiza el estudio-, "las perspectivas para la energía eólica son positivas; a raíz del Plan de Energías Renovables 2011-2020, España y el resto de los Estados miembros de la UE deberán presentar en enero de 2019 sus planes energéticos nacionales para 2030. El objetivo es satisfacer al menos el objetivo del 27% de energías renovables en la demanda de energía final".
Consenso
El estudio del BBVA Research concluye señalando que "existe un razonable consenso político en torno a esos objetivos [los establecidos en el plan europeo]; sin embargo -continúa-, el desafío es cómo manejar la transición, dado que la energía nuclear y el carbón todavía representan más de un tercio del mix energético español con fuertes impactos económicos locales. En cualquier caso, podríamos esperar que la cuota de carbón (14%) se convirtiera en energía solar o eólica para 2030, lo que elevará el porcentaje de las energías renovables hasta al menos un 55% de la producción de electricidad".