En España, los centros cerrados son: la fábrica de palas para aerogeneradores de Siemens Gamesa Renewable Energy, que la multinacional tiene en Aoiz (Navarra); dos fábricas de LM Wind Power (la filial de fabricación de palas de GE Renewables) en Les Coves (Castellón) y Ponferrada (León); y la empresa de construcción naval Astilleros Gondán (Figueras, Asturias), que desarrolla embarcaciones para apoyo a instalaciones eólicas offshore.
En Italia, han cerrado el centro de fabricación de palas de eTa, en la localidad de Fano (provincia de Pesaro y Urbino); el de transformadores de Celme en Montebello Vicentino (provincia de Vicenza, Veneto); y la fábrica de cilindros para torres eólicas de Promau en Cesena (Emilia-Romagna).
La factoría gaditana de Dragados Offshore (grupo ACS) también ha cesado su actividad. Actualmente, está produciendo una plataforma de subestación eléctrica para el parque eólico marino Dolwin 6, promovido por la compañía germano-holandesa Tennet en aguas del Mar del Norte y cuya finalización estaba prevista para finales de 2021 o principios de 2022.
Por tanto, el COVID-19 puede provocar la demora en la construcción de proyectos de energía renovable debido a interrupciones de la cadena de suministro. En el caso e Alemania ya está ocurriendo, pero la agencia federal Bundesnetzagentur ha informado de que "será flexible en los plazos de construcción de proyectos eólicos y de biomasa de licitaciones anteriores". La agencia facilita, además, la burocracia y afirma que si los desarrolladores necesitan ampliar el plazo, lo pueden solicitar simplemente enviando una solicitud en donde se especifique el motivo del retraso.
WindEurope informa de que en febrero, la cadena eólica europea experimentó algunas interrupciones en el suministro de componentes y materiales procedentes de China, pero dicho suministro se está de nuevo recuperando.