Cada una de las turbinas GE137 instaladas por EDPR en Quintanilla II tiene 3,33 MW de potencia unitaria, un diámetro de rotor de 137 metros y una altura total del aergenerador hasta la punta de pala de 199,9 metros. De esta forma, se han convertido en la quinta edificación más alta de España, aproximándose a las torres de Chamartín, en Madrid, todas las cuales superar los 230 metros de altura.
El parque eólico de Quintanilla II suma cerca de 10MW de capacidad y podrá suministrar la energía equivalente al consumo de cerca de 10.000 hogares. Desde un punto de vista de ingeniería, el desarrollo de este parque supone un gran hito, no solo por el transporte de las mastodónticas estructuras, sino por los retos implícitos en un proyecto de estas características. Solo para la construcción de la zapata de cada aerogenerador se requieren 54 toneladas de hierro y más de 50 camiones que vuelquen hormigón de forma ininterrumpida durante horas y en una transición entre descargas que no puede superar los 10 minutos.
Rocío Sicre, directora general de EDPR en España, destaca: "Este proyecto supone un gran hito no solo por lo llamativo de sus dimensiones, sino por todos los avances y retos superados durante su desarrollo. A través de este proyecto EDP Renovables se vuelve a posicionar como un referente en el marco del avance tecnológico en la industria de las energías renovables de nuestro país".
EDPR ya ha protagonizado otros hitos en el desarrollo de parque eólicos terrestres y marinos. Por ejemplo, impulsó el primer parque eólico flotante de Europa continental – WindFloat Atlantic –, que además cuenta con las turbinas eólicas más grandes del mundo en una superficie flotante; o el uso de helicópteros grúa por primera vez en España para la instalación y posteriormente repotenciación del parque eólico de Carondio en Asturias. La compañía también impulsa distintos proyectos para el avance de tecnologías de almacenamiento de energía y la optimización de parques híbridos, cuyo primer prototipo en España fue construido por EDPR.