Los dos parques están situados en la provincia de Holguín. Gibara I suma 5,1 MW de potencia (seis turbinas de 850 kW instaladas en 2008), mientras que Gibara II cuenta con 4,5 MW (seis máquinas de 750 kW instaladas en 2010). Ambas instalaciones fueron fuertemente sacudidas por el huracán, con vientos que sobrepasaron los 180 km por hora. Tras la primera inspección, el gobierno cubano informó la pasada semana, en un encuentro en La Habana con la World Wind Energy Association (WWEA), que ninguno de los dos parques había sufrido el menor daño y que siguen suministrando electricidad a la red local.
“Cuando Cuba instaló ambos parques, era consciente de que podían sufrir el impacto de un huracán”, señaló Conrado Moreno, copresidente de WWEC 2013 y profesor del Centro de Estudios de Tecnologías de Energías Renovables (CETER): "En consecuencia, nuestros expertos tomaron todas las medidas necesarias para hacerlos a prueba de huracanes. Ahora, Sandy ha demostrado claramente que los parques eólicos cubanos son seguros y fiables incluso en las condiciones más extremas”.
De acuerdo con Moreno, el hecho de que la red eléctrica cubana sea descentralizada ayudó, por otra parte, a minimizar el daño del huracán y solo una parte relativamente limitada de la isla se quedó sin suministro eléctrico. “Con el desarrollo en el futuro de más energías renovables descentralizadas, el sistema eléctrico cubano será más resistente y estable. Queremos compartir con la comunidad mundial eólica nuestra experiencia, a la que invitamos a asistir a WWEC 2013, que tendrá lugar en La Habana en junio de 2013”.
Tras felicitar a “nuestros colegas cubanos por haber sabido resolver tan eficazmente el impacto de un huracán”, He Dexin, presidente de WWEA, destacó que hay varias regiones en el mundo en las que este conocimiento es crucial, tanto en el Caribe como en el este asiático, donde los tifones sacuden regularmente los parques eólicos. “La colaboración internacional y el intercambio de experiencias nos ayudarán a aprender unos de otros. Además, la eólica, junto con otras tecnologías renovables, puede jugar un papel vital en la reconstrucción de áreas devastadas por desastres naturales”.
Para Stefan Gsänger, secretario general de WWEA, “la resistencia de los parques cubanos es una clara señal, al igual que ocurrió el año pasado con los parques eólicos en Japón, que resistieron el terremoto y tsunami sin sufrir daño, mientas que las plantas nucleares y las que utilizan combustibles de origen fósil no han vuelto a generar electricidad”. Debemos aprender la lección y “acelerar lo más rápidamente posible el camino hacia las energías limpias, como la eólica, en todo el mundo”, concluyó Gsänger.