En un documento que se puede ver en su página web, y descargar en pdf, la asociación afirma que las fábricas españolas cuentan con procesos sostenibles y certificados, y en ningún momento contribuyen a deforestar bosques en los países exportadores de madera de balsa, que son, fundamentalmente, Ecuador (80%), Indonesia (10%) y Papúa Nueva Guinea (10%).
"La eólica lleva en su ADN el cuidado del medioambiente y es escrupulosa con su impacto medioambiental, persiguiendo siempre la neutralidad climática como objetivo principal", afirma la asociación en el documento, en el que señala que el uso actual de la madera de palma por parte del sector es mínimo.
Esto no quiere decir, sin embargo, que haya prescindido por completo de ella. La patronal eólica explica que madera de balsa es un material muy ligero, adaptable y con buenas cualidades mecánicas, lo que supone que sea demandado para múltiples aplicaciones, como pueden ser las citadas palas de los aerogeneradores, pero también para los automóviles y embarcaciones, o para la fabricación de instrumentos musicales, por ejemplo. Y, como sucede con otros árboles, puede haber dudas sobre su origen y el impacto social y medioambiental de las plantaciones de la que procede la madera.
Certificación Forestal FSC
En el caso de los fabricantes eólicos españoles, AEE afirma que "tienen especial cuidado en garantizar la procedencia de la madera de balsa que utilizan y exigen trabajar con empresas reconocidas y en posesión de certificaciones de calidad, sostenibilidad y trazabilidad, como la Certificación Forestal FSC (FSC, 2021)". El objetivo del sector, añade la asociación, "es adquirir madera de balsa procedente de bosques y plantaciones gestionados según estrictos estándares internacionales de sostenibilidad".
Los estándares FSC, en concreto, aseguran que las plantaciones deben respetar una serie de indicadores sociales, incluyendo el bienestar social y económico a largo plazo de los trabajadores del bosque y de las comunidades locales, el respeto por las comunidades indígenas, el cumplimiento de los derechos de los trabajadores y la aplicación de unas condiciones laborales seguras. Estas certificaciones aseguran, además, que se han minimizado los impactos medioambientales negativos, al no permitirse la tala ilegal o la reconversión de bosques naturales para este tipo de explotaciones.
"Toda la madera de balsa que se ha usado en la fabricación de las palas de los aerogeneradores en España procede de plantaciones que cuentan con la certificación FSC (Forest Stewardship Council) o equivalente y están sujetas a los estrictos requisitos de la cadena de suministro de las empresas en materia de sostenibilidad", insiste la AEE. "Es decir, la madera de balsa utilizada en las palas proviene de plantaciones sostenibles con una política de reforestación sólida y certificada. El proveedor tiene sus propias plantaciones donde controlan todo el proceso, desde la plantación hasta su tala (ciclo de unos 4 años) para proceso y entrega a la fábrica, momento en el que replantan. Por tanto, es un proceso autosostenible, controlado y certificado, que en ningún momento contribuye a deforestar bosques".
De qué están hechas las palas actuales
Generalmente, se fabrican con plástico reforzado con fibra de vidrio (PRFV o GFRP, por sus siglas en inglés, Glass Fiber Reinforced Plastic) debido a su alta disponibilidad, a la madurez de su proceso de fabricación y a otras cualidades:las fibras de vidrio tienen un bajo coste, alta estabilidad térmica y elevado punto de fusión, no son inflamablñes y se caracterizan por excelente comportamiento en ambientes corrosivos.
A medida que las palas han ido aumentando de longitud, y, por lo tanto, su peso se incrementa exponencialmente, se han comenzado a incorporar polímeros reforzados con fibra de carbono (PRFC o CFRP, Carbon Fiber Reinforced Polymer), como materiales en combinación con la fibra de vidrio o en sustitución de la misma, para las aplicaciones de mayor tamaño.
Las palas eólicas incluyen, además, en menor proporción, otros materiales como el PVC, los gelcoats (resinas modificadas), madera de balsa, poliuretanos y revestimientos superficiales y pinturas.
En el caso de la madera de balsa, las palas más antiguas contienen entre el 1 y el 3% de este material. Las modernas, poco o ninguno. De acuerdo con la AEE, la madera de balsa está cayendo en desuso en la fabricación de palas y será definitivamente sustituida en los próximos años por plástico PET y PVC.