El pasado mes de marzo (último dato histórico facilitado por Red Eléctrica de España), el 95,5% de la electricidad que consumió Canarias salió de instalaciones que emplean combustibles fósiles -fuelóleo, gasóleo, diésel-, derivados todos de un petróleo cuyo precio no ha cesado de crecer en los últimos cuatro años. El fuelóleo, por ejemplo, cuesta ahora prácticamente el doble de lo que costaba entonces, hace cuatro veranos. La electricidad canaria es muy cara, porque quema combustibles cada vez más prohibitivos y aprovecha muy poco sus recursos naturales: el sol y el viento. Según la Asociación Empresarial Eólica, el año pasado, generar con viento un megavatio hora en Canarias costó menos de la mitad que producirlo quemando petróleo. Esta es la historia.
Pioneros varados
La comunidad canaria, que fue una de las pioneras del desarrollo eólico en España, ocupa hoy el furgón de cola autonómico en potencia eólica instalada. A lo largo de los últimos diez años, década prodigiosa para el sector en España, en el archipiélago de las islas afortunadas solo han visto la luz una treintena de megavatios de viento, cifra ridícula en comparación con el sin par éxito vivido en la península, donde la eólica ha sumado más de 14.000 megas al parque nacional; o guarismo sencillamente lacerante –misérrima treintena- si tenemos en cuenta que el recurso eólico es extraordinariamente apetecible en el archipiélago. Para que nos hagamos una idea: en 2010, el sector estaba trabajando en emplazamientos con 2.100 horas equivalentes; pues bien, ese mismo año, en Tenerife, Endesa señalaba a su parque Punta de Teno (1,8 MW de potencia instalada) como "el de mejor rendimiento" del año, con un total de… 4.259 horas equivalentes anuales.
La sombra de Endesa
Sí, en las islas afortunadas sopla mucho el viento, como bien recoge el Atlas Eólico de España, pero los promotores canarios llevan ya hasta diez años esperando la luz verde. Y ello es así porque los dos últimos concursos convocados por la administración –el de 2004 (es entonces consejero canario de Industria Luis Soria) y el de 2007 (es entonces vicepresidente del gobierno insular su hermano José Manuel)- no han alumbrado ni un solo megavatio eólico de los que tenían previstos. El primero –el primer concurso- no ha sumado potencia a la que ya había entonces porque fue anulado bajo sospecha, de presuntas irregularidades, del equipo liderado por Soria (Luis). Y el segundo… pues tampoco ha visto la luz aún porque los pasillos de la administración son largos y alambicados, o porque “Endesa nunca ha tenido interés en que las renovables se implanten en Canarias, por la sencilla razón de que ellos ganan mucho dinero quemando combustible y...
... cuantos más parques eólicos se implanten, pues menos combustible queman”. Son palabras de Claudio Palmés Lázaro, presidente de la Asociación de Adjudicatarios del Concurso Eólico de 2007, que añade a continuación que “esa situación monopolística, unida a las trabas burocráticas que existen a nivel local, autonómico y estatal, ha dado como fruto ese continuo retraso en el desarrollo de las renovables en Canarias”. Julián Monedero Andrés, presidente de la patronal, precisamente, de las renovables canarias (Clúster Ricam), apunta en la misma dirección: “el tema del retraso es muy sangrante, es un tema que no se entiende. Y los perjudicados somos todos, no solo los promotores eólicos; lo somos todos porque la energía convencional con la que se genera electricidad en Canarias –fuelóleo, diésel- está siendo subvencionada por todos. Eso es lo más grave”.
Un ahorro sin duda
Los números los publicaba, hace apenas unas semanas, la Asociación Empresarial Eólica (AEE). En 2012 –decía-, los “costes variables medios del conjunto de sistemas insulares” fueron de 180 euros el megavatio hora (€/MWh), es decir, que generar un megavatio en las islas costaba –coste reconocido por el gobierno- 180 euros. Pues bien, proponía AEE, si tenemos en cuenta que “la retribución total media de la eólica” es de 86,27 €/MWh (misma retribución para un parque canario que para uno aragonés), resulta que por cada megavatio hora generado por el viento en Canarias, el sistema todo se ahorra 94 euros, que es la diferencia que hay hasta los 180 reconocidos como “costes variables medios del conjunto de sistemas insulares”. Así, la suma del ahorro anual –explicaba AEE- ascendió en 2012 a “36 millones de euros, ya descontados los 14 millones de euros de primas”.
La brecha
Este año, la subida de los precios de los derivados del petróleo ha seguido abriendo la brecha, una brecha que, según Monedero, perjudica a todos los consumidores y a los presupuestos generales del estado y que beneficia “al único operador-generador convencional canario, que es Endesa”. Los números de la empresa en el archipiélago no tienen competencia: de los 2.853 megavatios “no renovables” del sistema eléctrico canario, es decir, de los 2.853 megavatios que están cobrando ese coste reconocido por el gobierno, megavatios que emplean combustibles fósiles para generar electricidad… 2.629 son propiedad de Endesa, compañía que emplea en todas sus instalaciones fuelóleo, gasóleo y diésel, el combustible que encarece hasta ese extremo -180 euros en 2012- el megavatio eléctrico canario.
Siete mil millones de euros que no debían estar ahí
Este año, el precio medio del megavatio eléctrico canario ha subido hasta el entorno de los 200 euros, luego este año “todos los consumidores –explica ahora Palmés- tendremos que aportar más dinero aún, el que vive en Cádiz y el que vive en Coruña, todos”. La subvención que perciben los megavatios sucios de Endesa fue establecida so pretexto de la cohesión territorial. La idea es que el ciudadano canario no pague la electricidad más cara que el ciudadano gaditano o el coruñés, por parafrasear a Palmés. El dinero que cobra Endesa sale de una partida incluida en la tarifa, los costes extrapeninsulares, partida que, además, lleva años rodeada de polémica. Nos lo contaba hace apenas unos días el presidente de la Asociación de Productores de Energías Renovables, la gran patronal nacional del sector, José Miguel Villarig: “los costes extrapeninsulares sirven para que, en las islas, Ceuta y Melilla, los consumidores no paguen más por la electricidad que en el resto de España. Esto, evidentemente, es una política social, de cohesión territorial, una política que entendemos buena y necesaria, pero que no pinta nada en la tarifa. Es más, el gobierno está incumpliendo sus propias leyes –añadía Villarig-, porque es que, en el año 2009, ya se obligó, a través del Real Decreto-ley 6/2009, a llevar este coste a los Presupuestos Generales del Estado [PGE] y ya llevamos cuatro años sin haber hecho ese cambio”. ¿Y a cuánto asciende lo que ha salido de la tarifa y debiera haber salido de los PGE? “A 7.000 millones de euros. Así que, cuando hablan de resolver el problema del déficit de tarifa… Pues es para decir: mire, solo con que hubiese hecho usted lo comprometido con respecto a los costes extrapeninsulares, se hubiese ahorrado usted 7.000 millones de euros”.
De la singularidad
Siete mil millones de euros –y volvemos a Canarias- que se ha embolsado una sola empresa: Endesa. La solución –dicen los tres, Villarig, Monedero y Palmés- pasa por asignarle una tarifa a la eólica canaria, o sea, por rescatar la prima en aquellas latitudes –ultraperiféricas- en reconocimiento a su singularidad. Una prima que, en vez de encarecer… ahorra. Y ahorra mucho. La historia es tal y como sigue: los promotores construyen los parques eólicos con cargo a sus bolsillos –no a los de los consumidores-, los promotores construyen asimismo las subestaciones -donde verterán los parques- asimismo con fondos propios (no del Estado) y, por fin, el sistema todo, los Presupuestos Generales del Estado, o quien corresponda, paga la tarifa que se establezca, una tarifa que rondaría los 90 euros (eso es lo que propone el sector eólico canario) y que ahorraría, consecuentemente, más de 100 por cada megavatio hora que produjese el viento, más de 100 euros de ahorro si tenemos en cuenta que el precio medio este año ronda los 200, como se dijo.
Los años que han pasado
Los números están muy claros desde hace años. La primera vez que vieron la luz fue allá por el año 2010. Fue en el “Análisis de los sobrecostes de la energía del sistema energético de Canarias”, un estudio que firmó la Universidad de La Laguna para la patronal sectorial de las islas (Clúster Ricam), que ya explicaba que, en ese momento (el estudio trabajaba con datos de 2009), generar en Canarias electricidad con el viento ya era más barato para el sistema eléctrico español que hacerlo quemando fuelóleo o diésel. Era entonces más barato… y hoy lo es… aún más… o mucho más, pues el fuelóleo pesado, por ejemplo, ha aumentado su precio en casi un cien por cien precisamente en los últimos cuatro años. Más aún: según el Anuario Estadístico de la Energía Mundial de BP 2013 (BP Statistical Review of World Energy 2013), documento que fue presentado hace unos días en Madrid, el año pasado “los precios nominales promedio del petróleo alcanzaron un nuevo máximo histórico”.
El precio del futuro
El presidente de la Asociación de Adjudicatarios del Concurso Eólico de 2007, Claudio Palmés, también ha hecho sus números. “los 440 MW adjudicados en el concurso que convocó la administración en 2007 pueden ahorrar unos 160 millones de euros al sistema anualmente. O, visto de otro modo, la no implantación de esos parques significa incurrir en unos extracostes de 160 millones de euros cada año. Y me gustaría añadir una reflexión: ya hemos alcanzado costes de hasta 220 euros el megavatio hora, pero, ¿cuánto serán los costes si hay una crisis del petróleo, o cualquier conflicto internacional, o, simplemente, un incremento de la demanda que dé lugar a una subida de precios? Pues yo se lo digo: los costes irán subiendo, directamente, indexados a esto”.
Si la prima es menos, menos parques serán viables y menos será el ahorro para todos
¿Conclusión? “Los eólicos estamos pidiendo una tarifa en torno a los 89 euros megavatio hora. El ministerio no nos ha dicho que no nos pagará 89, pero calculamos que estará sobre los 80, 85, 86. A partir de ahí… hacia abajo… hay muchos parques, muchísimos, que no se instalarán. Porque no salen las cuentas, así de sencillo. Porque nosotros tenemos unos costes de operación y mantenimiento muy superiores a los que hay en la península, por motivos de logística y transporte, fundamentalmente… Además, nuestros parques son de tamaño mediano… o pequeños… por las características propias de Canarias. Por eso pedimos 89, porque, hasta los 220 que están pagando ahora a Endesa, hay mucho ahorro de por medio. Vamos, que no tiene ningún sentido aguantar esta situación”. Ahora mismo –coincide Monedero-, “los proyectos salen con una tarifa por encima de los 89 euros. Pero es que de 89 a 220 hay un recorrido muy largo. Estamos hablando de disminuir por debajo de la mitad el precio de la energía”.
La duda del prestamista
Ese es en todo caso (89) el listón que ha presentado el gobierno de Canarias al Ministerio de Industria. Los adjudicatarios pedían originalmente 95 euros megavatio hora porque la política energética de Soria, el ministro canario de Energía, Industria y Turismo, ha sembrado de incertidumbre y duda todos los mercados financieros de los que puede beber la eólica canaria. Lo explica Palmés: “nosotros pedíamos 95 porque estamos en un contexto económico en el que financiar nuestros parques no es una tarea fácil. Porque un mercado que ha soportado diferentes cambios regulatorios y que se caracteriza por la inseguridad jurídica… Mire, cuando vamos a los mercados financieros, la verdad es que tienen miedo. Y financiar ahora mismo un parque eólico en España es algo bastante complicado. Por eso queríamos tener un cierto colchón, unos números lo suficientemente atractivos como para que los bancos nos pudieran financiar”. Lo que ocurrió finalmente –concluye el presidente de los adjudicatarios- es que “el gobierno de Canarias entendió que había que ajustar esa cifra y se quedó en 89, que es lo que ha solicitado al ministerio, y que es la tarifa que nosotros entendemos mínima…”.
¿Qué debe hacer el ministerio para que no haya eólica en Canarias?
La eólica canaria, que fue pionera en España, lleva una década varada. La corrupción que salpicara al concurso –anulado- de 2004 (el de Soria I), la lentitud de la burocracia, las singularidades canarias (fragmentación territorial y administrativa) y la suspensión sine die de la prima (Soria II) han ido jalonando esa travesía del desierto. Así que al periodista se le ocurre una pregunta… digamos… atípica: ¿qué tendría que hacer el ministerio para que Canarias no montase más parques eólicos? “¿Para que no los montásemos?”, contesta extrañado Palmés. Sí, para que no los monten ustedes. ¿Qué tendría que hacer el ministerio –hurgo- para que Endesa siga llevándose los 7.000 millones de euros que mencionaba APPA, los 7.000 que se ha embolsado desde que el clúster Ricam supo que la eólica ya era más barata que la convencional en Canarias? Palmés se explaya.
La campana de Gauss
“Mire, esta es una campana de Gauss muy sencilla. Muy sencilla. Si el ministerio aprueba una tarifa de 89 euros… eso dará lugar a que se instale la gran mayoría de los parques. Yo diría que todos: los 440 MW del concurso. Con lo cual, empezaríamos a ahorrar 160 millones de euros cada año. Ese es el resultado directo de establecer esa tarifa. Pero, si aprueba una tarifa por debajo de 89, por ejemplo, una tarifa de 85, pues… a lo mejor… de los 440 MW… hay cien que no se instalan. Porque hay parques que tienen más recurso eólico y otros, que tienen menos. Y los que tienen menos necesitan más apoyo de tarifa para poder ser rentables, eso es matemático. Vuelvo al ejemplo de los 85 euros megavatio hora: esos cien megavatios que se dejan de instalar suponen un ahorro de muchos millones de euros: un ahorro de 300.000 euros megavatio año, ahorro que el sistema deja de computar y que todos los consumidores tendremos que aportar. ¿Conclusión? Si la tarifa es 85, y en el ministerio creen que, con ese ajuste en Canarias… se han ahorrado un cierto dinero… porque es que los eólicos me piden 89 y nosotros lo hemos fijado en 85… Mira, no has ahorrado nada. Absolutamente nada. Has hecho el canelo… porque lo que has conseguido es que no se instalen 100 MW que te iban a aportar un ahorro que es muchísimo mayor que la prima que ibas a pagar. Está claro. Si el ministerio da una tarifa insuficiente, y los parques no son rentables, no se podrán financiarán y no se instalarán. No hay segundas lecturas”.
La hora de la verdad
Bien, ¿y al revés? Si el ministerio fija una tarifa en el entorno de lo que ustedes solicitan, ¿qué pasará? “De aquí a final de verano la gran mayoría de los parques tendrán autorización administrativa. Lo idóneo sería que a final de año se pueda estar planificando la construcción de los parques con sus subestaciones, todas ejecutadas con capital privado también… Estamos hablando de 700 millones de euros de inversión. Creo que hemos tenido suerte, por una parte, con la consejera de Industria Francisca Luengo, que es del PSOE [que gobierna en la región junto a Coalición Canaria], y, por otra, con el subsecretario de Industria, Energía y Turismo, Enrique Hernández Bento, y con el secretario de estado, Alberto Nadal, que parece que han tendido puentes y que han trabajado por el beneficio de Canarias, dejando a un lado las siglas, algo a lo que no estamos acostumbrados los empresarios y que es de agradecer. Así que… de aquí a quince días [la entrevista tuvo lugar hace quince días, efectivamente] sabremos qué ha pasado y, entonces, podremos enjuiciar lo hecho por el ministro Soria”.
El texto que acabas de leer forma parte de un reportaje más amplio que publicamos en la edición de julio -revista de papel- de Energías Renovables.
Pues yo más bien diría, amigo Scorpion, que nos moriremos de hambre y envenenados. Pero por culpa de un ambiente sucio, que es el que están produciendo las chimeneas de las centrales térmicas que queman fuelóleo en Canarias y que son subvencionadas por obra y gracia del Gobierno. Sí, a este paso, con esas subvenciones tan exageradas (200 euros el megavatio hora) nos vamos a morir de hambre los que nos somos accionistas de Endesa y, encima, dejaremos un feo cadáver, envenenados hasta los tuétanos, podridos de CO2