Mientras Estados Unidos y China perciben en el sector eólico una contribución hacia la recuperación económica, el sector español "sólo tiene por delante el vacío y la incertidumbre", según el consejero delegado de la multinacional española Gamesa. "Las ventas nuevas realizadas en nuestro país el año pasado fueron exactamente cero", ha señalado Calvet, que considera que el sector "se encuentra hoy sin posibilidad de pedidos para el mercado español". Calvet ha recordado además que la eólica es "un sector con un impacto cero en el déficit de tarifa; que representa el 0,28% del PIB español; que exporta por más de 2.000 millones de euros anuales y que evita, además, la importación de combustibles fósiles por un valor aproximado de 2.000 millones de euros". Asimismo, "el sector invierte en I+D unos 150 millones de euros anuales, situando a España como el cuarto país del mundo en patentes eólicas", puntualiza Calvet.
A vueltas con el empleo
Por otro lado, en 2010 ya daba empleo a unas 30.000 personas, "a pesar de que ya había perdido más de 10.000 puestos de trabajo en los últimos años por la incertidumbre regulatoria". No obstante, cuando el cupo de potencia actual venza a finales de 2012, la industria eólica se enfreta al mencionado "vacío". Calvet ha señalado también que el sector eólico aporta más a la economía de lo que percibe en forma de primas (1.756 millones de euros en 2011, según CNE). Según el consejero delegado, aunque "hoy seguimos escuchando que la energía eólica está muy subvencionada", las subvenciones recibidas por los consumidores de combustibles fósiles, 409.000 millones de dólares en 2010, "fueron casi seis veces superiores a las otorgadas al sector de las energías renovables, 66.000 millones de dólares en el mismo periodo de tiempo" (Calvet ha citado como fuente del dato a la Agencia Internacional de la Energía).
Brutal abaratamiento de los costes
El ejecutivo de Gamesa también ha recordado la estimación de la AEE (Asociación Empresarial Eólica) de que, en materia de seguridad del suministro, solo se necesita un megavatio de potencia en reserva para cinco megavatios renovables. Según Calvet, en fin, "desacelerar, e incluso paralizar, la industria eólica que nuestro país ha sido capaz de levantar en pocos años para solucionar los desajustes de la política energética puede equivaler a sacrificar un sector industrial, con tecnología española". Pero es que, además de sacrificar el liderazgo y prestigio que el sector español disfruta en el mundo, ese sacrificio se hace justo cuando "la energía eólica está en el umbral de ser competitiva, con otras formas de producción eléctrica", asegura. "Hemos conseguido rebajar en este período [siete años] el coste de un aerogenerador tipo de dos megavatios en un 42%. Hemos conseguido rebajar los costes medios de operación y mantenimiento de un parque, también en este período, en un 47%".
Y esto es solo el principio, según Calvet
Calvet señala que la eólica ya compite sin subvenciones en Brasil, Estados Unidos (Texas, Maine, Nueva York), México (Oaxaca) y Chile. "El coste de la eólica terrestre en emplazamientos de mucho viento ha caído en términos reales en el período 2005-2011 de 96 euros el MWh a 52 euros el MWh, es decir, un 45%", asegura. Más aún, Calvet ha asegurado, citando a Bloomberg, que el coste de la energía eólica terrestre "caerá un 12% en los próximos cinco años". Todos estos avances se han producido aunque la tecnología aún está "en su infancia", afirma Calvet. El futuro brinda mayores aplicaciones como la eólica marina, el autoconsumo, energía eólica con almacenamiento, sistemas híbridos, y la repotenciación, "por mencionar solo unos pocos". En definitiva, "si de verdad queremos cambiar el modelo productivo de nuestro país, el apoyo al ámbito industrial del sector eólico no es una opción", dice el ejecutivo; "es una necesidad imperante".
