El jefe de Política de WindEurope, Pierre Tardieu, ha sido muy claro en sus manifestaciones: "hemos llegado a la hora de la verdad [en las negociaciones de la nueva Directiva de Energías Renovables] y todavía hay mucho en el aire. Debemos presionar duro para alcanzar el Objetivo del 35% de energías renovables". Y, en ese sentido, las cosas son hoy muy distintas a como eran hace tan solo unos días, según Tardieu: "tenemos una oportunidad muy clara en esta dirección [la del 35], habida cuenta de que los nuevos gobiernos de España e Italia podrían ponerse de ese lado de la balanza [el del 35]. 132.000 empleos y 92.000 millones de euros en inversiones eólicas dependen de ello".
La Unión Europea enfila hoy la recta final del largo periplo legislativo que emprendió en 2014 y ha de conducir a la nueva Directiva de Energías Renovables Horizonte 2030, esa que establecerá uno u otro objetivo (o alguno intermedio). Y la potente asociación de la industria eólica europea, WindEurope, avisa con nitidez: si Bruselas no es lo suficientemente ambiciosa, la Unión podría perder inversiones por valor de 92.000 millones de euros y la consecuente creación de 132.000 nuevos puestos de trabajo en el sector. Esa es la diferencia -concreta la asociación en un comunicado- entre el 27 y el 35%.
WindEurope también apela al legislador para que atienda a la que considera otra de las claves del futuro de las energías renovables: las Garantías de Origen. Según la asociación de la industria europea, "la Directiva debe preservar la integridad del sistema de Garantías de Origen actualmente existente". En ese sentido, WindEurope apuesta por facilitar la implementación de los nuevos modelos de negocio, como los contratos bilaterales de compraventa de electricidad renovable, que, según la industria eólica europea, "refuerzan la trazabilidad" del suministro de energía limpia que dan esas Garantías.
El Consejo y el Parlamento europeos prácticamente ya han alcanzado un acuerdo sobre las futuras subastas de renovables, que deben ser específicas para cada tecnología, según demanda la mayoría de los actores del sector de las energías renovables europeas. Este principio -dice WindEurope en su comunicado- debe quedar ahora "claramente consagrado" en la nueva Directiva de Energías Renovables. Según la asociación, ello permitirá a los inversores elaborar con la suficiente visibilidad y certidumbre sus hojas de ruta, lo que irá en beneficio (para el sector) de la reducción de costes y, consecuentemente, en beneficio de la sociedad, que pagará un precio más ajustado por la transición energética.