La Declaración de Esbjerg suscrita por los cuatro gobernantes anuncia un objetivo conjunto de nada más y nada menos que 150.000 megavatios de potencia eólica marina en el Mar del Norte en el año 2050. Mediante esa declaración, las cuatro naciones se comprometen a estrechar su colaboración en (1) proyectos eólicos marinos conjuntos, (2) islas energéticas y (3) redes y demás infraestructuras marinas. Además, la Declaración refuerza los propósitos de todos los firmantes en materia de hidrógeno verde en el Mar del Norte. En concreto, las cuatro naciones quieren alcanzar los treinta gigavatios de capacidad en electrolizadores en 2030. Según la asociación de la industria eólica europea, WindEurope, la presencia en el acto de la firma de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, subraya la importancia que reviste el desarrollo eólico "para el sistema energético europeo" en su conjunto.
El evento del Mar del Norte ha coincidido con la presentación, por parte de la Comisión Europea, del plan REPowerEU, "plan para poner fin a la dependencia de la UE con respecto a los combustibles fósiles rusos", que plantea que la energía eólica crezca desde los 190 gigavatios de potencia instalada a día de hoy en la Unión Europea hasta, al menos, los 480 gigas en 2030. Pero, para ello -apuntan desde WindEurope-, es preciso (1) simplificar los procedimientos de autorización; (2) plantear una acción concertada a escala europea para el fortalecimiento de la cadena local de suministro; y (3) impulsar "masivas inversiones" en infraestructuras (redes) marinas, equipamientos portuarios y flota eólica marina.
Giles Dickson, director ejecutivo de WindEurope: "es fantástico que los cuatro jefes de gobierno de los países del Mar del Norte y la presidenta de la Comisión Europea se hayan reunido en Dinamarca para firmar nuevos compromisos en materia de eólica marina (...). Pero los nuevos compromisos eólicos solo serán materializados si Europa cuenta con una cadena de suministro viable y si simplifica los procedimientos de autorización de parques eólicos"
Dickson ha recordado que "los cinco fabricantes europeos de turbinas están operando actualmente, los cinco, a pérdidas".
Jochen Eickholt, director ejecutivo de Siemens Gamesa Renewable Energy: “480 gigavatios en 2030: la Unión Europea y los estados miembros quieren mucha energía eólica. Pero la cadena de suministro europea de energía eólica tiene una mala salud. Y los costes de las materias primas y de los componentes son crecientes"
Eickholt ha criticado por otro lado el hecho de que el diseño de las subastas se base principalmente en los costes, sin tener en cuenta asuntos como la localización de los eslabones de la cadena de suministro del sector (son muchas las voces que consideran que las subastas deberían tener en cuenta -primar de algún modo- el hecho de que los componentes de un parque eólico se fabriquen en Europa). El establecer un objetivo determinado de potencia a alcanzar "no es suficiente", según el director ejecutivo de SGRE: "necesitamos objetivos que apoyen el mantenimiento del liderazgo tecnológico de Europa en el sector eólico marino".
Sven Utermöhlen, director ejecutivo de la división Offshore Wind de RWE: “la planificación del espacio marítimo, la disponibilidad de lecho marino accesible para el desarrollo tanto de parques eólicos como de infraestructuras de red, y procedimientos de autorización más rápidos, tanto para la eólica terrestre como para la marina, son todas claves fundamentales para la expansión de la energía eólica"
Utermöhlen considera que Europa debe ser rigurosa en lo que se refiere a esos dos ámbitos (planificación y tramitación). "El plan REPowerEU es un gran paso en esa dirección. Y la Declaración hoy suscrita en Esbjerg -ha añadido- demuestra también el elevado nivel de compromiso de los cuatro gobiernos nacionales para acelerar el desarrollo de la energía eólica marina".
El director ejecutivo de Ørsted, Mads Nipper, también ha abogado por acelerar los procedimientos de concesión de autorizaciones y por introducir criterios de carácter social en las subastas, que no deben pivotar únicamente -ha dicho- en torno al precio. "Habida cuenta de la ambición UE en materia de eólica marina -trescientos gigavatios en 2050-, los retos futuros no van a estar en los costes sino en la integración a gran escala de energía variable en los sistemas eléctricos y en cómo asegurar que el desarrollo de toda esa potencia progresa en armonía con la naturaleza. Los gobiernos -considera Nipper- pueden activar todo el conocimiento ya acumulado de la industria y su capacidad de innovación para resolver estos desafíos mediante la incorporación en las subastas de criterios más amplios".
Chris Peeters, director ejecutivo de Elia Group: “las redes eléctricas marinas son cada vez más complejas. Estamos evolucionando desde conexiones punto a punto a plataformas energéticas con interconectores híbridos. Si el desarrollo de la eólica marina es abandonado a una aproximación nacional no coordinada, una parte sustancial del potencial eólico marino europeo quedará sin aprovechar. Al menos siete países europeos están desarrollando ya interconectores híbridos. Estos proyectos pueden avanzar rápidamente si el clima para los flujos inversores es seguro"
Peeters aboga por ello por un marco estable que limite los riesgos y que resulte lo suficientemente atractivo para los inversores. Si restamos riesgo a la inversión, el coste del capital decrecerá y la innovación y la competencia -apunta el director ejecutivo de Elia Group- estarán en condiciones de desempeñar su papel, que consiste en proporcionar electricidad limpia de una manera eficiente a los consumidores europeos.
Henrik Andersen, director ejecutivo de Vestas: “este es un anuncio muy importante y estamos muy satisfechos del nivel de ambición política y de ver cómo décadas de debate se materializan ahora en decisiones. Debemos por eso actuar ya acelerando el despliegue de nueva potencia eólica, que ha de servir para la lucha contra el cambio climático y para asegurar nuestra independencia energética. Es esencial que los objetivos fijados se traduzcan en autorizaciones y que estas se materialicen en forma de proyectos, tecnología de primer nivel y empleo"
Para que la Unión Europea alcance la neutralidad climática en 2050, la energía eólica marina deberá pasar de los quince gigavatios de potencia actualmente operativos en aguas territoriales de la UE a los trescientos en ese año (2050). Con la firma de la Declaración de Esbjerg -explican desde WindEurope-, los gobiernos de Alemania, Bélgica, Dinamarca y Holanda se comprometen a desarrollar la mitad de esa formidable cantidad (150 gigas) solo en sus aguas territoriales del Mar del Norte.
En el mismo lapso, la Unión Europea quiere que la eólica terrestre crezca desde los 173 a los mil gigavatios (1.000 GW). El sector -concluye WindEurope- continuará asegurando la expansión de la energía eólica, tanto en tierra firme como mar adentro, siempre yendo "de la mano de la protección de la biodiversidad y en diálogo con las comunidades locales y otros actores del sector".