El proyecto, que persigue optimizar el rendimiento energético de las instalaciones aeroportuarias y reducir su impacto ambiental, se centra, por el momento, en nueve aeropuertos. La actuación más avanzada se sitúa en la isla de La Palma (Canarias), donde a finales de este año podría estar funcionando el primer parque eólico en un aeropuerto del mundo. La instalación consta de dos aerogeneradores de Made, modelo AE-46/I, de 660 kW de potencia nominal y con torre de 45 m de altura, que ya han sido instalados. El proyecto de La Palma ha sido desarrollado como instalación prototipo por la ingeniería Aircom, y ha contado con Elecnor como contratista principal.
Pero instalar molinos en lugares tan complejos como los aeropuertos no es una tarea sencilla. Además de atender a cuestiones como el ruido y el impacto visual, hay que tener en cuenta otros problemas. Uno de ellos, la posible creación de interferencias electromagnéticas en los equipos electrónicos de los aviones y en los sistemas de comunicación de los aeropuertos. "No tenemos constancia de que los aerogeneradores provoquen esas interferencias", asegura el ingeniero aeronáutico Juan Bautista López Tirado, director del proyecto en el INTA. "De todas formas, es un tema sujeto a mediciones y estudio", añade. El Ministerio de Defensa también ratifica que nunca ha recibido quejas por posibles interferencias.
Más problemático es, en opinión de López Tirado, dónde situar el parque. La reglamentación área deja claro que no puede haber ningún obstáculo que interfiera en las operaciones de despegue y aterrizaje de los aviones, por lo que los molinos deben quedar emplazados lejos de las pistas. También hay que impedir que puedan despistar al piloto, ya que, al constituir nuevas superficies de reflexión, pueden variar los diagramas de radiación de las ayudas a la navegación y proporcionar información errónea. "El balizamiento tradicional en la góndola del aerogenerador no es suficiente, hay que balizar también la punta de pala a su paso por el punto más alto e iluminar las balizas cuando el aerogenerador se encuentra en posición de bandera", comenta. López Tirado. El problema aún no está resuelto
Los siguientes
Tenerife Sur y Lanzarote ofrecen, como La Palma, excelentes condiciones de viento, y previsiblimente serán los siguientes aeropuertos en los que se actuará. En otros aeropuertos, como los de Ibiza y Mallorca, los estudios realizados desaconsejan continuar con el proyecto. En cualquier caso, aquellos aeropuertos que finalmente se doten de energía eólica para cubrir sus necesidades energéticas no sólo lograrán un beneficio económico, al ver reducidas sus facturas eléctricas. "Los aerogeneradores permitirán una fiabilidad en el suministro eléctrico del aeropuerto, que podrá volcar a la red los excedentes producidos, en caso de que existan, lo que supone un ahorro energético y una mejora en su cuenta de resultados", cometa López Tirado, aunque matiza que el objetivo principal no es económico. "Aún más importante es el beneficio ambiental que aportarán los molinos, al contribuir a una reducción de las emisiones contaminantes y a difundir una concienciación e imagen medioambiental, tanto entre los empleados del aeropuerto como entre el público".
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